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Arrancan los XVII Encuentros Fotográficos de Gijón con un homenaje virtual a Isabel Muñoz y Chema Madoz

Como los tiempos pandémicos que vivimos nos están obligando a cambiar nuestras costumbres, muchos festivales están optando por un formato mixto para estar en contacto con todos los fotógrafos. Este es el caso de los Encuentros Fotográficos de Gijón que arrancan la 17ª edición con la presencia virtual de Sandra Balsells, Pablo Juliá, José Manuel Navia, Rafael Trobat, José María Mellado y Pollobarba. Y un sentido homenaje y exposición conjunta de los Premios Nacionales de Fotografía Isabel Muñoz y Chema Madoz.

Uno de los mejores planes que podría tener ahora es coger el coche y acercarme a Gijón para ver todas las exposiciones, asistir a todas las conferencias y aprender en los talleres que se van a impartir en los Encuentros fotográficos de Gijón. Y sobre todo saludar a los amigos que tengo por allí. Pero es imposible. Afortunadamente nos queda la opción de asistir virtualmente.

Este año está marcado por la primera exposición conjunta de Chema Madoz e Isabel Muñoz en la Galería Aurora Vigil Escalera. Y por supuesto el homenaje virtual de ambos fotógrafos, que ha tenido tanto éxito que muy probablemente será retransmitido en directo desde la página de Facebook de los Encuentros.Navia Alma Tierra Asturias 2011 Gabino Pastor Xaldo En Una Finca De Vaqueiros El PevidalNavia Alma Tierra Asturias 2011 Gabino Pastor Xaldo En Una Finca De Vaqueiros El Pevidal

El programa de tres días está lleno de primeras espadas de la fotografía. Desde los homenajeados hasta Sandra Balsells, Pablo Juliá, José Manuel Navia o José María Mellado. Sin olvidar a Pollobarba, Esteban Ruiz, Felix Pantoja y Irene del Pino.

Tres días de fotografías en Gijón

Hay actividades programadas que no se van a poder celebrar dada la situación sanitaria. Pero tenemos, a lo largo de estos tres días, varias opciones para pensar en fotografía. Como dice Esther Maestre, directora de los Encuentros:

Es un proyecto fotográfico que genera un punto de encuentro anual y cercano, de todos aquellos que nos sentimos vinculados al mundo de la fotografía. Como cada año, generaremos un lugar de difusión e intercambio de la cultura y la fotografía española actual

El viernes 27, a las 20:00, es la inauguración online que podría llegar a ser en abierto para todos los que quieran estar presentes con dos de los mejores fotógrafos de los últimos años. El sábado 28 es el taller de Pollobarba, dedicado al mundo de la fotografía en Instagram. Y el domingo 29, durante cuatro horas, Pablo Juliá hará el visionado online de los porfolios para la beca Nuevos Talentos 2021 para exponer en el museo Barjola.Rafael Trobat El Abrazo De Los Huelepegas Managua 1996Rafael Trobat El Abrazo De Los Huelepegas Managua 1996

El resto de las actividades han quedado suspendidas, de momento, por la situación sanitaria. Cuando mejore la situación sanitaria podremos disfrutar de las exposiciones de los becados el año pasado: Esteban Ruiz, Felix Pantoja y Irene del Pino. También podremos disfrutar en un futuro de los talleres de José María Mellado y Rafael Trobat y de la exposición de Navia ‘Alma Tierra‘, que todavía no he podido ver.

Esperamos que sea un éxito y que muy pronto podamos acudir todos a Gijón para reunirnos en torno al mundo de la fotografía.

XVII ENCUENTROS FOTOGRÁFICOS DE GIJÓN La presencia de otros autores que participan en EFG y la cancelación de actos sigue pendiente de las circustancias en las que evolucione la pandemia. Aforo limitado en todos los actos.

Esta carta escrita hace casi 100 años contiene los mejores consejos de fotografía que puedes encontrar

por Cartier Bresson no es un reloj 

Muchas veces, bien porque aún estamos aprendiendo, porque nos sentimos inseguros, perdidos, o porque pasamos por un momento de crisis creativa, nos lanzamos, con mayor o menor desesperación, a la búsqueda de consejos, de fórmulas más o menos probadas, más o menos milagrosas, que alivien nuestras dudas y nos saquen de nuestro particular atolladero.  

Recurrimos a amigos, colegas, profesores y, si se nos ponen a tiro, a profesionales de reconocido prestigio esperando que nos iluminen y nos muestren, o al menos sugieran, el camino. O nos lanzamos a las redes hasta que la ingente cantidad de información disponible y la pesada tarea de filtrarla (lo que vulgarmente se conoce como separar el grano de la paja) acaba por abrumarnos.

Y es que, si algo he aprendido con el tiempo, es que no hay fórmulas mágicas. Y lo que a unos puede servirnos, puede que a otros no les valga de nada. Yo misma escribí aquí mismo un post con 10 consejos para superar una crisis fotográfica, una serie de pautas generales basadas en mi propia experiencia, pero que no son, ni mucho menos, la solución a todos los problemas. Son una guía, nada más, y con ese objetivo las escribí. La solución, como siempre, está en nosotros mismos, en la actitud que tengamos y en el nivel de sinceramiento que mostremos al preguntarnos quiénes somos como fotógrafos (la pregunta más difícil de responder), qué es lo que queremos y cuáles son nuestras aspiraciones.

Por eso esta carta escrita por un profesor a sus alumnos en el lejano 1923 resulta tan efectiva y tan rabiosamente actual, porque apela a nuestra esencia e identidad como fotógrafos, a cómo trabajar y sacar provecho a nuestra pasión, y a cómo vivirla y alimentarla sin perder ni un ápice de algo que es fundamental para todos, no ya solo como fotógrafos, sino como personas: la curiosidad y las ganas de aprender.

Familia Luzzara, Italia, 1953. Foto: Paul Strand.

La carta dice así:

Todos somos estudiantes, algunos durante más tiempo que otros. Cuando dejéis de serlo, puede que también dejéis de estar vivos en lo que respecta al sentido de vuestro trabajo. Por tanto, puedo decir que os hablo de estudiante a estudiante. Lo que quiero deciros que antes de dedicar tiempo a la fotografía (que, por otro lado, os exigirá mucho) penséis hasta qué punto ésta, la fotografía, es importante para cada uno de vosotros.

Si lo que realmente queréis hacer es pintar, o alguna otra cosa, entonces no hagáis fotos, a menos que lo hagáis por pura diversión. La fotografía no es un atajo para llegar a la pintura, para ser artista o para cualquier otra cosa. Por otro lado, si la cámara y sus materiales os fascinan y estimulan vuestra energía al mismo tiempo que os infunden respeto, aprended a fotografiar.  

Descubrid primero qué son capaces de hacer la cámara y los materiales sin interferencia alguna, únicamente con vuestra propia visión. Fotografiad un árbol, una máquina, una mesa, cualquier trasto viejo; hacedlo una y otra vez jugando con la luz. Observad lo que registra vuestra película, descubrid los resultados que se obtienen utilizando diferentes tipos de papel y gradación. Fijaos en las diferencias de color que se dan al utilizar un tipo de revelador u otro y en qué forma estas diferencias cambian la expresividad de la imagen. El campo es ilimitado e inagotable, y eso sin necesidad de ir más allá de los límites naturales del medio.  

En resumen, trabajad, experimentad y olvidaos del pictorialismo y de otras palabras que, en mayor o menor medida, carecen realmente de sentido.

Mirad libros de autor, asistid a exposiciones, así por lo menos conoceréis lo que han hecho los fotógrafos. Y observad también, y de forma crítica, lo que se esté haciendo en este momento en general y lo que cada uno de vosotros está haciendo.

Algunos han dicho que la fuerza del trabajo de Stieglitz se debe a que hipnotizaba a sus modelos. Id y mirad lo que ha hecho con sus nubes y descubrid si sus poderes hipnóticos se extendían también a los elementos. Observad todas estas cosas. Ved qué significan para vosotros, asimilad lo que podáis y olvidaos del resto. Y, sobre todo, mirad las cosas que os rodean, vuestro mundo inmediato. Si estáis realmente vivos, lo que veáis significará algo para vosotros; y si os interesáis lo suficiente por la fotografía y sabéis como usarla sentiréis la necesidad de fotografiar ese significado.

Si permitís que la visión de otra gente se interponga entre el mundo y vuestra propia visión, lo único que conseguiréis será algo ordinario y sin sentido: una fotografía pictorialista. Pero si conserváis la pureza de vuestra mirada, conseguiréis algo que será, como poco, una fotografía con vida propia, ya sea un árbol o una caja de cerillas, siempre que creáis que estas cosas tienen vida propia.

Para conseguir esto no existen atajos, ni fórmulas, ni reglas; únicamente, y en todo caso, las que rigen la vida de cada uno de nosotros. Aun así, resultan indispensables la autocrítica más rigurosa y el trabajo constante. Pero primero, aprended a fotografiar. Para mí esto es ya un problema sin fin.

Paul Strand

Algunos ya lo habrán adivinado pero el autor de esta carta no es otro que el gran fotógrafo Paul Strand, uno de los nombres imprescindibles en la historia de la fotografía. Strand, además de un gran fotógrafo que inició toda una revolución con la fotografía directa (una de cuyas fotos, ‘La mujer ciega’, fue la que inspiró al mismísimo Walker Evans) y de ser uno de los fundadores del documentalismo moderno, fue también profesor de fotografía, y este texto lo escribió en 1923, hace casi 100 años, pensando en sus alumnos.

En la carta hay un par de detalles que delatan la época en la que fue escrita (la referencia a la película fotográfica, ese rechazo casi visceral al pictorialismo) pero es casi imposible que un texto no delate, en mayor o menor medida, el momento histórico en que fue escrito. Sin embargo, en el caso del de Strand, su contenido, visión y voluntad trasciende el tiempo. Y lo hace porque apela a conceptos y actitudes que, a la vez que sencillos y comunes, son básicos para la práctica fotográfica y, me atrevería a decir, para disfrutar de la propia vida.

Wall Street, 1915. Foto: Paul Strand

Nadie discutirá la necesidad de tener los ojos abiertos para hacer fotos, pero a veces se nos olvida que tan necesario como eso es mantener la mente abierta y alimentar la curiosidad. Strand lo hizo, y fue la curiosidad por las posibilidades de la imagen (no sólo de la fotográfica, pues también se dedicó al cine, pero esa es otra historia) la que le hizo explorar los límites de la cámara, la película y el revelado, y de las propias reglas de representación. Echad, por ejemplo, un vistazo a sus maravillosas abstracciones, todo un ejercicio y un deleite de formas y luz.

Tal y como refleja el tono utilizado en el texto las dos veces que se refiere al pictorialismo, al fotógrafo neoyoquino no le dolieron prendas al abandonar su primera apuesta estilística (la del pictorialismo) y adentrarse en una mirada radicalmente diferente (la fotografía directa) que era más acorde con su forma se mirar y “sentir” el mundo que le rodeaba. El suyo fue un ejemplo de sinceramiento con su labor artística y de compromiso con su visión del mundo. Después, iría evolucionando hacia una fotografía de corte más marcadamente humanista.

Por esas casualidades del azar y de la vida, fruto de ese afán por experimentar y por probar nuevas formas de aproximación a aquello que fotografiaba surgió la que es, probablemente, su foto más famosa, la de la mujer ciega, tomada al principio de su carrera, en 1916. Esta foto se ha convertido con el tiempo en un icono de la fotografía de denuncia social, pero lo que Strand buscaba al hacerla, reconocido por él mismo, era probar, por un lado, las posibilidades formales y metafóricas del propio medio, y por otro, probarse a sí mismo su habilidad para acercarse a los sujetos sin interferir en la escena (que la mujer fuera una invidente, en ese sentido, es parte de la anécdota que rodea la foto).

Mujer ciega, 1916. Foto: Paul Strand.

Ya en aquella época, recordemos que hablamos de 1923, Strand es consciente y señala la importancia de ver fotografía, ya sea en libros o exposiciones, de ser curioso con respecto al trabajo de los demás, las tendencias del momento… Y serlo con una mirada crítica y abierta. Pero, y esto también lo señala Strand, sin olvidar echar un ojo a nuestro propio trabajo, no para hacer comparaciones, sino para tener una base crítica que nos facilite y nos invite a la reflexión. Sin ello, jamás conseguiremos avanzar y redescubrirnos como fotógrafos.

De cada trabajo que miremos, y de cada fotógrafo que descubramos, de sus pulsiones, intereses, conflictos y diferentes dimensiones, podemos sacar, al menos, una pequeña enseñanza, una pista, en forma de imagen o idea que nos sirva para seguir averiguando qué es lo que queremos hacer y cómo hacerlo (o, incluso, cómo no hacerlo). Se trata de ir encontrando y atesorando aquello que nos inspira y nos mantiene vivos fotográficamente, y desechar el resto, algo esencial en una época como la nuestra, donde la ingente cantidad de material visual y académico a la que tenemos acceso acaba por emborronar nuestro ojo y nuestra mente.

Chico joven, Francia, 1951. Foto: Paul Strand.

Por eso, como apunta Strand, es con el análisis de nuestra fotografía, nuestra sincera (y difícil a la vez que valiosa) autocrítica y nuestro amor por lo que hacemos y por quiénes somos cuando sujetamos una cámara, como veremos realmente hacia dónde nos lleva nuestra mirada, y si es en esa dirección en la que queremos ir.  Siempre hay tiempo para sentarse a pensar y, sobre todo, a mirar.

30.000 negativos olvidados en un desván convierten a MASHA IVASHINTSOVA en otra Vivian Maier.

por Cartier Bresson no es un reloj 

Evidentemente, yo sabía que mi madre hacía fotos todo el tiempo. Lo sorprendente es que nunca compartiera sus fotos con nadie, ni siquiera con su familia.

Es la primera línea del texto con el que Asya Ivashintsova-Melkumyan presenta el sitio web dedicado a la obra fotográfica de su madre, la hasta ahora desconocida Masha Ivashintsova.

autorretrato masha cortada

Autorretrato de Masha Ivashintsova (imagen recortada)

Muchos la han comparado con Vivian Maier, incluso tendría su equivalente catalana en Milagros Caturla. En el caso de Maier y Caturla los negativos de sus fotos fueron adquiridos por desconocidos y a precios irrisorios en una subasta y en un mercadillo callejero respectivamente, cuando ambas ya habían fallecido. Eran tesoros olvidados, trabajos de indudable valor documental y artístico que permanecieron ocultos durante décadas, hasta que el azar y la curiosidad de unos desconocidos los sacaron a la luz.Vivian MaierMilagros Caturla

El caso de Ivashintsova es muy parecido. Fueron su hija y su marido quienes descubrieron cerca de 30.000 fotografías sin revelar en el ático de su casa, donde habían acumulado polvo y suciedad durante años, hasta que unas obras de reforma hicieron que la pareja revisara el contenido de unas viejas cajas.

Acumuló sus carretes en el ático y rara vez los revelaba, así que nadie pudo nunca apreciar los frutos de su pasión. Esos carretes permanecieron en el ático de nuestra casa en Pushkin, San Petersburgo, donde originalmente los guardó, después de su muerte en el año 2000. Hasta hace poco. Mi marido y yo encontramos los carretes mientras hacíamos una reforma de la casa y revelamos algunas de las fotos. Estaban sacadas entre 1960 y 1999. Lo que vimos fue asombroso.

Masha Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Desfile en Leningrado, 1975. Foto: Masha Ivashintsova

Pero los paralelismos entre Ivashintsova, Maier y Caturla terminan ahí. La fotógrafa rusa no fue una solitaria patológicamente celosa de su intimidad como Vivian Maier, ni mostró jamás sus fotografías a nadie, como sí hizo Milagros Caturla, que perteneció a la Agrupació Fotográfica de Catalunya y participó en varios concursos de fotografía para amateurs.

Masha Ivashintsova nació en 1942 en Ekaterimburgo, Rusia, en el seno de una familia aristocrática cuyos bienes, entre los que había un lujoso apartamento en el centro de Leningrado, fueron confiscados por las autoridades tras la revolución bolchevique.

foto niña con gorra

Leningrado, 1976. Foto: Masha Ivashintsova

Cuando era niña, y animada por su abuela, Ivashintsova comenzó a formarse como bailarina de ballet. Sin embargo, al morir su abuela, sus padres decidieron que dejara las clases y asistiera a una escuela técnica.

Truncadas sus aspiraciones artísticas, Ivashintsova pasó por varios trabajos (crítica teatral, bibliotecaria, ingeniera de diseño, mecánica de ascensores, guardia de seguridad…) mientras su vida personal se volvía cada vez más turbulenta.

Asya y su padre

Asya y su padre, Melvar Melkunyan. Foto: Masha Ivashintsova

Mi madre estuvo muy metida en el movimiento poético y fotográfico de Leningrado entre 1960 y 1980. Fue la amante de tres genios de la época: el fotógrafo Boris Smelov, el poeta Viktor Krivulin y el lingüista Melvar Melkumyan, que es mi padre.

Su amor por estos tres hombres, tan diferentes entre ellos, marcó su vida, la obsesionó por completo, pero también la destrozó. Ella estaba convencida de que su talento palidecía ante el de ellos y, en consecuencia, nunca mostró sus fotografías, sus diarios y sus poemas a nadie durante toda su vida.

Masha Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Viktor Krivulin, 1979. Foto: Masha Ivashintsova

El poeta Viktor Krivulin fue una de las personas clave en la vida de mi madre. Fue su amante durante muchos años. Según ella, él fue su primer gran amor. Estuvieron juntos, luego se separaron, luego estuvieron juntos de nuevo, y luego se separaron de nuevo. Estuvieron así durante años.

Masha dedicó muchas páginas de su diario a su relación: “Cuando estoy a solas con Viktor, es como si no pudiera desear nada mejor. Ni siquiera importa lo que él diga. Él habla y sus palabras son como agua revitalizante. Oigo algo dentro de mi pecho, puedo respirar de nuevo y siento la vida en la punta de la lengua. Sus palabras… Nado en ellas como un pez y siento que mi cuerpo cede a la corriente. Sus palabras me llevan lejos”.

Maria Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Melvar Melkunyan, ya separado de Masha. Foto: Foto: Masha Ivashintsova

La relación con el padre de su hija, Melvar Merkunyian, tampoco fue fácil. Masha la describió así en uno de sus diarios:

“Melvar es un maestro desconocido, inalcanzable e intocable. Hubo un momento en que él tenía amor en su interior y un deseo de arrancarme de la repugnante San Petersburgo, de esta ciudad que es como una ciénaga. Me torturó con su voluntad, me encerró, intentó quebrantarme con sus palabras. Le odiaba. Pero debido a mi impotencia interior no podía dar un paso sin él. Y, habiendo escapado, después de haber estado un tiempo fuera, volvía otra vez a mi ‘maestro atormentador’. Y luego, otra vez, lo abandonaba sintiéndome como una virgen pura, sin pecado. Fue él quien cargó con mis pecados”.

Maria Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Masha y el fotógrafo Boris Smelov

En 1974, Masha conoció a Boris y se enamoraron. Se encontraron en un tren que hacía el trayecto de Moscú a Leningrado. En aquel momento, mi madre iba a mudarse a Moscú para reunirse con mi padre (y conmigo) después de varios años de amarga separación. Iba a Leningrado para recoger sus cosas, pero estos planes cambiaron después del encuentro casual con Boris.

La fotografía se tomó en el apartamento de mi abuela materna en San Petersburgo, donde yo también pasé bastante tiempo cuando era pequeña. Boris tiene en sus manos uno de los modelos de Leica más famosos de la década de 1960, la Leica IIIc.

Boris vivió una vida muy humilde, se las veía y deseaba para tener algo de dinero. Sin embargo, ahorró con devoción para tener la mejor cámara. Más tarde, le regaló esta Leica a Masha, un regalo que ella usaría mucho en los años siguientes.

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Familia armenia, 1989. Foto: Masha Ivashintsova

Esta frase es de uno de los diarios de mi madre:

“Yo amé sin memoria: ¿no es eso un epígrafe para ese libro que no existe? Nunca tuve un recuerdo para mí, pero siempre lo tuve para otros”.

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Leningrado, 1977. Foto: Masha Ivashintsova

Masha hacía fotos constantemente, era parte de su día a día, la respuesta a un instinto vital que no podía frenar. Sus fotos son un testimonio de gran valor documental, pero en ellas se vislumbra también cierto toque poético.

Sentía una inmensa curiosidad por el mundo que la rodeaba y tenía especial predilección por los niños y los animales.

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Vologda, 1979. Foto: Masha Ivashintsova

Mi madre aprovechó cada oportunidad que tenía para viajar y explorar el mundo que la rodeaba. En una carta que me envió desde Vologda en 1979, escribió: “En Vologda hay mucha de la vieja Rusia de madera (casas de madera, contraventanas talladas). Todo esto está arraigado en el pasado, pero también se está convirtiendo en parte del pasado. Es imposible guardarlo de cara al futuro, así que al menos estoy intentando captarlo con mi cámara“.

Masha Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Armenia, 1976. Foto: Masha Ivashintsova

Recuerdo a esta anciana, la conocimos durante nuestra visita a Armenia. Estábamos visitando uno de los pueblos junto al lago Sevan. Esta mujer nos vio pasar por la calle y nos invitó a su casa. Ella hablaba armenio todo el tiempo, no entendíamos ni una palabra. Pero sentimos la calidez de sus palabras y la calidez del pan que ella ofreció. Después de compartir el pan, mi madre le sacó esta foto.

La frustración de creer que su arte no tenía nada que hacer frente al genio de aquellos que la rodeaban y los desengaños amorosos la llevaron a una depresión tan profunda que en 1981 tuvo que dejar de trabajar. En la URSS, estar desempleado era prácticamente un crimen y a Masha le dieron a elegir entre ir a prisión o ingresar en un centro psiquiátrico. Ella optó por esto último.

Maria Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Moscú, 1983. Foto: Masha Ivashintsova

Vivió años de profunda infelicidad en varios hospitales psiquiátricos de la URSS, en penosas condiciones, en la época en la que el régimen soviético buscaba estandarizar a las personas y obligarlas a vivir según las reglas comunistas.

Mi madre tuvo una relación difícil con el comunismo. Acabó siendo acosada por el partido en el poder y tuvo que comprometerse a ingresar en un psiquiátrico en contra de su voluntad para su “higienización social”. Se dieron cuenta de que ella nunca podría integrarse en el mundo uniformador y de exaltación socialista que la rodeaba.

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Leningrado, 1978. Foto: Masha Ivashintsova

Tres años antes de su ingreso, Masha fotografió un mono encadenado asomado a una ventana. Al hilo de esta imagen, su hija afirma:

A veces, creo ver una advertencia, una especie de premonición en su fotografía.

Leningrado 1976 hombres

Leningrado 1976. Foto: Masha Ivashintsova

En 1993, la casualidad hace que Masha se encuentre en la calle con el fotógrafo Boris Smelov, su antiguo amante. Su hija relata ese encuentro:

No se habían visto durante más de una década. El día de su encuentro, Masha tomó una foto de Boris y luego Boris usó la cámara de Masha para hacerle una foto a ella. Me duele el corazón cada vez que miro esas dos imágenes. Veo a dos seres humanos agotados y arrasados por el tiempo.

Masha Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Boris Smelov, 1993. Foto: Masha Ivashintsova

Boris murió cinco años después. El 24 de enero de 1998, Masha escribió en su diario:

“Borya (Boris) Smelov ha muerto. Ha muerto en la calle, no muy lejos de nuestra casa. Se congeló hasta morir a la intemperie. Ha muerto. El amor se ha ido. Hoy hemos ido a su funeral en la iglesia que está junto al cementerio de Smolensky. Vino mucha gente (…). Besé la frente sin vida de Borya. Recé junto a Vitya (Víktor) Krivulin. Sostuve una vela, llevé unas flores y arrojé un puñado de tierra sobre su ataúd. En casa, después de hablar con Asya, lloré mucho. Qué pérdida tan terrible y amarga”.

Maria Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Viktor Krivulin, Crimea, 1979. Foto: Masha Ivashintsova

No es extraño que Víctor Krivulin, el otro amante de Masha, acudiera al funeral de Boris. Los tres hombres de la vida de la fotógrafa rusa se movían en el mismo ambiente artístico, y eran, además, figuras importantes dentro del mismo.

Ivashintsova narra en su diario otra situación que demuestra el estrecho círculo que formaban:

“Esta noche Melvar ha vuelto de su cita con Mikhaile Schwartzman (artista vanguardista de Leningrado y amigo cercano tanto de Melvar como de Viktor Krivulin). Ha traído una carpeta con los versos de Krivulin. ¡Cuánto dolor en mi corazón! Lo que parece imposible en la vida real puede ser posible en el reino del espíritu. Dos enemigos celosos se encontraron esta noche en una habitación. Se conocieron a través de sus creaciones y sus creaciones fueron la razón por la que viví y amé”.

Maria Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Asya con su perro, 1980. Foto: Masha Ivashintsova

Masha murió el 13 de julio del 2000, a los 58 años, en brazos de su hija Asya, víctima de un cáncer.

La mayor parte de los 30.000 negativos encontrados en 2017 están aún sin revelar. Es su propia hija quien se está encargando de ellos y de darlos a conocer a través de una web dedicada a la obra de su madre. Como en la citada foto del mono, Asya ha encontrado varias imágenes en las que percibe una profunda simbología.

Masha Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR)

Perro en el lago, 1978. Foto: Masha Ivashintsova

Para mí, esta fotografía es una metáfora de la vida de mi madre: sola, en un hermoso vacío. Sola, pero también en el centro, siendo el sujeto que todo lo capta, sin el cual la belleza no existiría. Masha mantuvo sus obras en nuestro ático porque su fotografía no se hizo para ser exhibida o expuesta. Fueron fruto de su intento constante de comprender las sombras del mundo interior y del exterior. Eran dolor, alegría y la manifestación de la vida misma, al igual que la vida de la propia Masha.

Queda aún mucho por descubrir en la obra de Masha Ivashintsova, una mujer que vivió rodeada de hombres de talento a los que dotó de un aura de excepcionalidad que la enterró a ella misma como artista. La fotografía era su vida, pero una vida que, según ella, no merecía ser mostrada.

Maria Ivashintsova (1942-2000)Photography works by my mother, which I found in our attic after she passed away (Leningrad, USSR) 

Autorretrato. Foto: Masha Ivashintsova

Veo a mi madre como un genio, pero ella no se veía a sí misma como tal y nunca dejó que nadie más la viese como realmente era.

A través de su web, y con la ayuda de amigos y familiares, Asya quiere mostrar la obra de su madre y conseguir el reconocimiento merecido que nunca tuvo. Tal y como explica en la web,  “esperamos que las obras de Masha y su historia lleguen al alma de muchas personas”.

LEE FRIEDLANDER, el fotógrafo que cambió el instante decisivo por el encuadre preciso.

Lee Friedlander es uno de los fotógrafos más prolíficos del siglo XX. Tiene una de las obras más extensas y complejas de los artistas americanos. Con solo 28 años participó en su primera exposición colectiva en el MoMA de Nueva York. Su estilo parte del arte pop con la idea de romper los esquemas tradicionales. En la Fundación Mapfre de Madrid podemos conocer su trabajo hasta el 10 de enero de 2021.

Lee Friedlander (14 de Julio de 1934) empezó a fotografiar en el instituto. Tras graduarse se inscribió en el Art Center School of Design de Los Ángeles pero lo dejó desencantado por el nivel de las clases. Todo cambió cuando conoció al pintor y fotógrafo Alexander Kaminski, un punto clave en su formación.

A partir de entonces se deja llevar por la intuición armado con su Leica o ahora con su cámara de formato medio. La clave es encontrar la forma de romper los moldes, ofrecer siempre algo nuevo que nunca se ha hecho. Hacer algo cercano a la libertad creativa solo con la ayuda de la intuición y una cámara.Lf 1281 10Lee Friedlander Oregón, 1997 Imagen de plata en gelatina 51 x 40,5 cm Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco

En la exposición de la Fundación Mapfre, comisariada por Carlos Gollonet, encontramos una retrospectiva en orden cronológico de las series del autor. Desde las portadas de los discos de jazz hasta sus amados y venerados libros. También descubriremos, entre las 350 fotografías que componen la exposición, diversos diálogos y asociaciones entre los disparos del autor.

La exposición de Lee Friedlander

Como viene siendo habitual en la Fundación Mapfre, las copias de las exposición son vintage. Son fotografías originales positivadas por el autor a partir de sus negativos de 35 mm de una Leica y de los negativos de formato medio de una Hasselblad con la que trabajó entre 1990-2000.

El valor es incalculable. No vemos una interpretación de un laboratorio sino la visión real del fotógrafo. Así es como quiere que pasen a la posteridad. Ni más claras ni más oscuras, con más o menos máscaras. La visión de Friedlander es así, por encima de lo que podemos ver en sus libros o en las portadas de los discos de Miles Davis o de cualquier otro autor de la mítica Atlantic Record.Lf 1 18Lee Friedlander Nashville, 1963 Imagen de plata en gelatina 35,5 x 28 cm Colecciones Fundación MAPFRE © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco

La exposición son seis décadas de trabajo. Empezamos con una sala dedicada a los discos de jazz. Retratos frontales, picados, recreando la fuerte iluminación cenital que convertía a los músicos en dioses. Quizás es su mayor contribución al mundo del color.

Luego vemos su trabajo en los años sesenta. Sus fuentes (alguna vez habrá que escribir sobre la importancia de las fuentes) son, como en la mayoría de las ocasiones, Walker Evans y Robert Frank. Pero como los buenos creadores no es una copia. Crea un estilo propio en el que empieza a fotografiar lo banal para transformarlo en arte. En cierta manera estamos viendo arte pop, que surgió en aquellos años en los EEUU después de absorber todo lo que llegaba del Reino Unido.

Aquí encontramos la esencia de Friedlander, las imágenes que fundaron el mito. Desde la serie Little Screens donde convierte a la incipiente televisión en un elemento más de la sociedad. Fotografía el aparato en habitaciones vacías, siempre encendida y con un rostro en el interior. Hasta Walker Evans comentó para Harper´s Bazaar la serie de un fotógrafo que hasta entonces solo vivía de las portadas de discos.

Son imágenes aparentemente confusas, donde nada parece ordenado, donde todo parece reflejar el caos. Pero después de leer correctamente la fotografía, todo adquiere sentido.

Lf 8 20Lee Friedlander Nueva York, 1963 Imagen de plata en gelatina 28 x 35,5 cm Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco

Durante los años sesenta viajó con su familia por Europa gracias a una beca Guggenheim. Y visitó España, las dos grandes capitales y el sur por la provincia de Málaga. En esta exposición podemos ver algunas de las fotografías, casi inéditas, que hizo por estas ciudades.

Otra sección importante es la dedicada al mundo del retrato. Rompe de nuevo con los convencionalismos de este género. Trata de la misma forma a los desconocidos que a los más famosos. Ahí están los retratos que hizo a sus amigos fotógrafos como Diane Arbus o Walker Evans:

Estos rostros son vestigios impresos de los roces de Friedlander con la vida, pequeñas huellas fósiles, así de naturales, sin las numerosas intervenciones causadas por el arte manual.

Los años setenta y ochenta

Nos adentramos en la década de los setenta y los ochenta, en la época en la que suaviza su estilo, en la que las copias bajan el contraste y ganan una gama de grises inmensa. Es el momento de uno de sus libros más celebrados, The american monument, donde plasma como nunca se ha visto los monumentos de su país. O Factory Valleys, donde plasmó la vida de los trabajadores.Lf 158 05Lee Friedlander El padre Duffy, Times Square, Nueva York, 1974 Imagen de plata en gelatina 28 x 35,5 cm Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco

Huye de la perfección y fotografía como respira. Pueden ser el resultado de lo primero que ve al mirar, lejos de los encuadres donde se busca más la perfección del monumento más que su integración con el entorno. No se trata de sacarlos bonitos, sino reales.

No se trata de sacarlos bonitos, sino reales.

Como bien dicen su visión no se corresponde con el instante decisivo de Cartier Bresson, donde todo se desmoronaría después de hacer la foto. Lo que importa en la fotografía de Friedlander es el encuadre preciso. Esta es la seña de identidad del autor y lo que se debería estudiar en todas las escuelas.

Si en sus fotografías faltara algo de lo que vemos se caería como un castillo de naipes, como un arco cuando le quitas la clave. Es difícil llegar a este estado. Y seguro que muchos le acusaran de fotografiar el caos. Pero todo consiste en saber leer la fotografía.

De los noventa a la actualidad

En aquellos años cambió al formato medio para trabajar en el desierto de Sonora y conseguir sacar el detalle hasta sus últimas consecuencias. En principio solo iba a utilizarla para este trabajo titulado The desert seen pero siguió con la Hasselblad Superwide.Lf 1367 21

Lee Friedlander Parque Nacional de Grand Teton, Wyoming, 1999 Imagen de plata en gelatina 51 x 40,5 cm Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San FranciscoCon esta cámara volvió a mirar sus temas clásicos basados en el paisaje americano. Pero visto desde una perspectiva social, alejado de la visión turística y lleno de sentido… Sus trabajos, sus series abarcan más de diez años de trabajo. No es un encuentro casual con la realidad. Es toda una interpretación que exige ver su trabajo con tiempo.

A Friedlander le gusta buscar metáforas visuales que exigen una mirada atenta. Para ello, incorpora un repertorio banal, creando argumentos visuales confusos que sacuden al espectador con un sentido de la ironía derivado de la yuxtaposición de objetos o ideas aparentemente inconexos. Sus ingeniosas asociaciones nos provocan desconcierto al conectar el disparate con la identificación

Su trabajo es inabarcable. Y en la exposición podemos hacernos una idea de los más de cincuenta libros que ha publicado…. Como decimos muchas veces, no nos queda más remedio que acercarnos a la exposición y aprender, con música de jazz de fondo, en qué consiste esto de fotografiar. Lee Friedlander

Del 1 de octubre de 2020 al 10 de enero del 2021

Fundación Mapfre

Paseo de Recoletos, 23, Madrid Entrada: 3€ (lunes no festivos gratuito)

Mirando el mundo desde lo alto. Fotografías ganadoras del nuevo concurso Aerial Photo Awards 2020

Gracias a la popularidad de los drones, la fotografía aérea está adquiriendo cotas que hace unos años eran impensables. Hoy están muy de moda, y no podemos negar que la sugerente perspectiva que ofrecen permite ver fotos muy sugerentes. Por eso no es de extrañar que aparezcan nuevos certámenes fotográficos como los Aerial Photo Awards 2020 que aquí os mostramos.

The Humpbacks Albert Dros Aerial Photography‘The Humpbacks’ de Albert Dros, finalista en categoría Wildlife de los Aerial Photography Awards 2020

Hace poco ya os enseñamos las ganadoras de otro concurso de origen italiano, y esta vez se trata de uno francés que es de nuevo cuño y se ha creado para premiar, con hasta diez mil dólares, imágenes de fotógrafos de todo el mundo realizadas desde el aire, ya fuera con drones o desde helicópteros, cometas, globos o aviones.

La organización no da datos concretos sobre la participación (aunque habla de «miles») pero sí que han concurrido autores de 65 países y que «para una primera edición, la calidad y diversidad de las fotografías premiadas demuestra la evolución de la fotografía aérea y los estándares que ha alcanzado en la actualidad. Los fotógrafos aéreos demuestran su capacidad para asombrarnos«.Anchovy Catching Thien Nguyen Aerial Photography Awards‘Anchovy Catching’ de Thien Nguyen, segundo puesto en categoría Daily Life de los Aerial Photography Awards 2020

En cuanto a los premiados, en este caso no existe una imagen que haya resultado ganadora absoluta, pero sí un fotógrafo que se erige como el «Aerial Photographer of the year 2020» al haber sido premiado en varias de los 22 apartados en que se divide el concurso. Se trata del belga Sebastien Nagy, quien logró que seis de sus fotos fueran premiadas por el jurado, dos de ellas como ganadoras de su categoría.

Seguramente por eso Bélgica es el país más premiado del concurso, seguido por Rusia y Reino Unido; desgraciadamente, no hay ningún premio para España, aunque una de las fotos del premiado Nagy fue realizada en nuestro país, en concreto en Gran Canaria. También podemos destacar el primer puesto en categoría ‘Sports‘ para Brad Walls, de quien os mostramos un trabajo hace sólo unos meses.Tri Explosion Marc Le Cornu Aerial Photography Awards‘Tri explosion’ de Marc Le Cornu, finalista en categoría Sports en los Aerial Photography Awards 2020

En cualquier caso, felicitamos a todos los ganadores y os dejamos con las fotos ganadoras de cada categoría, además de recomendar, como siempre, una visita a la web para ver más interesantes imágenes aéreas.

Ganadores del concurso Aerial Photo Awards 2020:

Categoría Daily Life: Duy Sinh por ‘The Lady of the Sea’

The Lady Of The Sea Duy Sinh Aerial Photography Awards

Categoría Trees & Forests: Mehmet Aslan por ‘Forest Path’

Forest Path Mehmet Aslan Aerial Photography Awards

Categoría Constructions: Bachir Moukarzel por ‘The Frame’

The Frame Bachir Moukarzel Aerial Photography Awards

Categoría Transportation: Alexander Sukharev por ‘Fairway of the Gulf of Finland’

Fairway Of The Gulf Of Finland Alexander Sukharev Aerial Photography Awards

Categoría Industrial: Joel Jochum por ‘Energy Storage’

Energy Storage Joel Jochum Aerial Photography Awards

Categoría Wildlife: Hua Shang por ‘Flying Flamingos’

Flying Flamingos Hua Shang Aerial Photography Awards

Categoría Cityscapes: Sebastien Nagy por ‘Abstract Greece’

Abstract Greece Sebastien Nagy Aerial Photography Awards

Categoría Abstract: Johan Vandenhecke por ‘Tatacoa desert’

Tatacoa Desert Johan Vandenhecke Aerial Photography Awards

Categoría The World in Lockdown: Prabu Mohan por ‘We are in It Together’

We Are In It Together Prabu Mohan Aerial Photography Awards

Categoría Hotels: Sebastien Nagy por ‘Chromata’

Chromata Sebastien Nagy Aerial Photography Awards

Categoría Enviroment: Azim Khan Ronnie por ‘Flood Water has Damaged Crops’

Flood Water Has Damaged Crops Azim Khan Ronnie Aerial Photography Awards

Categoría Sports: Brad Walls por ‘Ball up’

Ball Up Brad Walls Aerial Photography Awards

Categoría World Culture: Azim Khan Ronnie por ‘Eid-Congregation’

Eid Congregation Azim Khan Ronnie Aerial Photography Awards

Categoría Travel: Yiran-Ding por ‘Shanghigh’

Shanghigh Yiran Ding Aerial Photography Awards

Categoría Water: Kyle Vollaers por ‘Arctic Paradise’

Arctic Paradise Kyle Vollaers Aerial Photography Awards

Categoría Documentary: Marc Le Cornu por ‘Fire Attack’

Fire Attack Marc Le Cornu Aerial Photography Awards

Categoría Abandoned places: Reginald Van de Velde por ‘The Wreck’

The Wreck Reginald Van De Velde Aerial Photography Awards

Categoría Patterns: Daniel Bonte por ‘Umbrella Crossing’

Umbrella Crossing Daniel Bonte Aerial Photography Awards

Categoría Accommodations: Kevin Krautgartner por ‘Colors of Dubai’

Colors Of Dubai Kevin Krautgartner Aerial Photography Awards

Categoría Landscapes: Sebastian Muller por ‘Skyggnisvatn’

Skyggnisvatn Sebastian Muller Aerial Photography Awards

Categoría Other: Ryan Koopmans por ‘On the Edge’

On The Edge Ryan Koopmans Aerial Photography Awards

Categoría Digitally enhanced: Cassio Vasconcellos por ‘Airplanes’

Collective Series Cassio Vasconcellos Aerial Photography Awards

Más información | Aerial Photography Awards

Umbrella Crossing Daniel Bonte Aerial Photography Awards

‘Umbrella Crossing’ de Daniel Bonte. Ganador en categoría Patterns de los Aerial Photo Awards 2020

The Epson International Pano Awards 2020

Con once ediciones a sus espaldas, el certamen australiano ‘The Epson International Pano Awards’ se ha convertido ya en un referente dentro de la fotografía panorámica. Por eso, cuando nos enseñan los ganadores de su concurso podemos decir que estamos ante las mejores imágenes de este tipo del año; y estamos de enhorabuena porque entre ellas hay varias realizadas por españoles, empezando por el elegido como ‘Amateur Photographer of the year‘.

Este año, la organización declara una participación de 5.859 imágenes provenientes de 1.452 fotógrafos (profesionales y aficionados) de 96 países, «un récord para sus once años de historia» que les lleva a hablar de “un año para recordar» (en todos los sentidos), en el que «el mundo cambió y nosotros duplicamos el trabajo y nos pusimos manos a la obra, y el resultado es un año récord para los premios Pano… Estamos abrumados con el nivel de apoyo de los participantes y patrocinadoresPanoFoto de Jesús M.Chamizo, TOP 50 en categoría Profesional Built Environment/Architecture de los Epson Pano Awards 2020

Desde luego los números son mejores que los de la pasada edición, incluyendo unos premios valorados en 40 mil dólares, la mayoría en productos de patrocinadores como Epson (que da nombre al concurso desde sus comienzos) y Nikon, incluyendo un total de diez mil dólares en metálico.

El mayor premio de todos fue para el canadiense Matt Jackisch que se lleva el título principal ‘Open Photographer of the Year’ por la foto ‘Spring Hibernation‘ que habéis visto en portada. Una imagen que realizó tras “un día maravilloso haciendo raquetas de nieve en las BC Coast Mountains en marzo. Con una capa de nieve tan profunda, quedaba mucho invierno en lo más alto«.PanoFoto de Lourdes Gómez Fernández, TOP 50 en categoría Amateur Built Environment/Arquitecture de los premios Epson Pano Awards 2020

Según el autor, la foto de una copa de un árbol sobresaliendo en la gruesa capa de nieve fue «producto de la soledad y la atención […] cuanto más tiempo paso solo en la naturaleza, más tranquila se vuelve mi mente; y cuanto más tranquila está mi mente, más sutilezas noto en mi entorno. Gracias a eso puede ver este árbol«.

Esta imagen fue elegida ganadora por el jurado en la categoría Open Nature/Landscape, que es una de las dos que vertebran la categoría profesional del concurso. La otra es Built Environment/Architecture, en la que venció la foto ‘Mine Waste’ del australiano Colin Leonhardt.

Seis razones a favor de usar el formato panorámico en nuestras fotografías

EN XATAKA FOTOSeis razones a favor de usar el formato panorámico en nuestras fotografías

Por lo que toca al concurso para fotógrafos amateur, como ya adelantábamos (y ya ocurrió el año pasado) el ganador es un español. En concreto el madrileño Juan López Ruiz por ‘Light and Dark on the Towers‘, una espléndida foto en blanco y negro de dos de los edificios que componen el conocido complejo Cuatro Torres.PanoFoto de José Antonio Fajardo, TOP 50 en categoría Amateur Nature/Landscape de los premios Epson Pano Awards 2020

Una foto vencedora en categoría Built Environment/Architecture de la que su autor comenta: «Me gustó mucho la composición de las torres junto con una de las marquesinas de la zona. Hice la toma pensando en hacer un procesado digital en blanco y negro y mejorar el contraste agregando sombras y luz para crear una imagen más impresionante«.

Además, en esta categoría el subcampeón, vencedor en la categoría Open Nature/Landscape, fue el también español Carlos F. Turienzo (que ya el año pasado se llevó el premio al mejor fotógrafo amateur), por su trabajo ‘Janela’ realizada en la isla de Madeira. Además, en casi todas las categorías hay algún otro español seleccionado dentro del TOP 50.PanoFoto de Julio Castro Pardo, TOP 50 en categoría Amateur Nature/Landscape de los premios Epson Pano Awards 2020

Por ello, además de felicitar a los vencedores, esta vez más que nunca os emplazamos a visitar su web para ver todas las imágenes ganadoras y os dejamos con las de los ganadores de las principales categorías:

Ganadores de los premios ‘The Epson International Pano Awards 2020’

Categoría ‘Open Nature/Landscape’

Ganador y ‘2020 Epson International Pano Awards Open Photographer of the Year’ Matt Jackisch (Canadá) con ‘Spring Hibernation’:

Pano

Subcampeón: Manish Mamtani (EE.UU) con ‘Dragon Eye’:

Pano

Tercer puesto: Laurent Lacroix (Francia) con ‘Quivertree Forest Under The Stars’:

Pano

Categoría ‘Open Built Environment/Architecture’

Ganador: Colin Leonhardt (Australia) con ‘Mine Waste’:

Pano

Subcampeón: Steve Scalone (Australia) con ‘Untitled’:

Pano

Tercer puesto: Afshin Jafari (Australia) con ‘The Mind Game’:

Pano

Categoría ‘Amateur Nature/Landscape’

Ganador y ‘Amateur Photographer of the Year’ Juan López Ruiz (España) con ‘Light and Dark on the Towers’:

Pano

Subcampeón: Daniel Trippolt (Austria) con ‘Startrails over Bled’:

Pano

Tercer puesto: Juan López Ruiz (España) con ‘Night Palace’:

Pano

Categoría ‘Amateur Built Environment/Architecture’

Ganador: Carlos F. Turienzo (España) con ‘Janela’:

Pano

Subcampeón: Vitaliy Novikov (Rusia) con ‘Under the north star’:

Pano

Tercer puesto: Krzysztof Browko (Polonia) con ‘Church’:

Pano

Más información y fotos | Epson International Pano Awards

‘Tomar menos fotos y mirar más’: Tino Soriano nos habla de su último libro ‘Fotografía con una sonrisa’

En este año marcado por la pandemia, en el que tanto nos ha cambiado la vida, Tino Soriano presentó ‘Fotografía con una sonrisa’, una nueva apuesta de Anaya Photoclub para ayudar a todos los fotógrafos a aprender que la fotografía no es solo dominar los programas de edición, sino pensar y sobre todo disfrutar el momento del disparo.

En el mercado editorial abundan los libros técnicos de fotografía… Cómo hacer esto con Capture One, cómo hacerlo con Photoshop o con Lightroom, aprende a hacer fotos con el móvil cada año… La técnica es imprescindible y hay obras imperecederas en el mercado (otras se olvidan fácilmente).

En los últimos años están publicando libros que se olvidan de los aspectos técnicos y nos ayudan a pensar en fotografía. Hay grandes clásicos, como los escritos por Susan Sontag o Roland Barthes. Es verdad que no son lecturas fáciles pero alumbran mucho a quien las lee.

Z Portada Fotografia Con Una Sonrisa 1Portada del libro

Tino Soriano lleva 40 años enseñando fotografía. Ha publicado libros sobre la fotografía de viajes que muchos conservamos en nuestra biblioteca. Y en 2019 presentó ‘¡Ayúdame a mirar La biblia del reportaje gráfico’, un manual que enseguida se convirtió en un clásico. Y un año más tarde tenemos entre manos ‘Fotografía con una sonrisa’, un libro que nos permite pensar en la imagen de una forma más relajada.

‘Fotografía con una sonrisa’, un buen libro para los malos tiempos

Este nuevo libro de Tino Soriano, de 240 páginas y lleno de fotografías del autor deja claro desde el principio, desde la primera línea, que la fotografía no es solo estética, sino también emoción. algo que se olvida por muchos empeñados en demostrar más su destreza con los programas informáticos que con la propia cámara.

Fotografia Con Una Sonrisa Tino Soriano 23Tino Soriano

A lo largo de 11 capítulos, con títulos que resumen lo que van a contar – ‘Fotografía a tu amadísima familia’, ‘Utiliza los grafismos’ o ‘Atentos a lo inesperado’-, el fotógrafo escritor va desgranando las claves para disfrutar con una cámara entre las manos. Esta es la función de este libro: ser feliz con la cámara.

-Fotografía con una sonrisa recomienda tomarse la fotografía de otra forma. En estos tiempos que nos ha tocado vivir ¿qué puede aportar la fotografía para ser más feliz?

Es una evasión psicológica natural. Muchos aficionados a la fotografía han aprendido con la pandemia que el mundo que les rodea, sin necesidad de viajar miles de kilómetros, también puede ser interesante. De repente han descubierto los rostros de sus seres queridos, de sus mascotas, la fotogenia de los rincones de su propia vivienda, o de su calle o de su pueblo. Y a través de la fotografía se han acercado a ellos de una manera diferente a como lo habían hecho hasta ahora. La felicidad está en reconocer las cosas buenas que te rodean y, en este aspecto, la fotografía es a la vez una inspiración y una constatación.

La felicidad está en reconocer las cosas buenas que te rodean y, en este aspecto, la fotografía es a la vez una inspiración y una constatación.

Tino Soriano ha viajado por todo el mundo y ha publicado en gran cantidad de medios. Siempre ha sido un fotógrafo cercano, en todos los sentidos. Es verdad que ha estado a los pies del Everest pero nunca ha dejado de retratar su hogar, su querido lago Banyoles.

‘Fotografía con una sonrisa’ es para todos los fotógrafos, para los aficionados y para los que empiezan a disfrutar. Así como el libro anterior se puede llegar a considerar un libro de texto, un ensayo, este es más cercano y más adecuado para los que quieren conseguir buenos recuerdos y si las sensaciones le acompañan, llegar a ser fotógrafo.

-Has publicado muchos libros de fotografía, pero en los últimos años te has volcado en tu actividad docente y has presentado ‘Ayúdame a mirar’ y ‘Fotografía con una sonrisa’ ¿Cómo ha sido escribir estos libros?

Fotografia Con Una Sonrisa Tino Soriano 95Tino Soriano

Ahora que estoy en el otoño de mi carrera, en aquella fase que todo el mundo te llama maestro pero casi nadie te encarga nada, me apetecía compartir lo que he aprendido después de cuatro décadas ejerciendo la fotografía. Tengo previsto preparar una serie de libros docentes que profundicen en lo que han sido mis grandes temas.

Así ‘Los secretos de la Fotografía de Viajes’ es un canto a la ética y a priorizar las experiencias por encima de las fotos tópicas de las vacaciones, `Ayúdame a mirar´, que ha recibido el Premio Nacional al mejor libro de Fotografía publicado en 2020 por la CEF y lleva 5 ediciones en quince meses, lo he escrito durante un cuarto de siglo para responder a las cuestiones más debatidas del fotoperiodismo.

En cambio `Fotografía con una sonrisa´ es un canto a las imágenes que puede hacer cualquiera sin viajar lejos, siempre que tenga algo que compartir. Y para el año que viene saldrá un nuevo libro sobre el que he estado meditando toda mi vida profesional: el uso del color y las emociones en el momento de la toma.

En una entrevista que hice este verano a través de El club de fotografía, empezó con toda una declaración de intenciones que habla muy bien de la realidad de los fotógrafos profesionales en la actualidad. Por este motivo no hace falta obsesionarse por hacer la mejor foto. Tan solo tenemos que contar las mejores historias.https://www.youtube.com/embed/r4dr4HQou5w?enablejsapi=1&origin=https://www.xatakafoto.com

-Una de las cosas que más me gusta de tu último libro es la tipología de los fotógrafos que desarrollas… ¿Es posible cambiar? ¿Cómo recomendarías cambiar?

Bueno, estas tipologías están pensadas para que la gente se reconozca y así sepa de qué pie cojea. Ya se sabe que vemos antes los defectos de los demás; algo parecido a lo que sucede con la edición gráfica: reconocemos a la primera las fotos de otro que están mal, pero somos bastante miopes con las nuestras.Fotografia Con Una Sonrisa Tino Soriano 83Tino Soriano

Y, desde luego, libros como ‘Fotografía con una sonrisa’ están escritos para aportar soluciones prácticas y fáciles que nos conviertan en mejores fotógrafos. No certifico que después de leer mis libros ganes el World Press Photo, pero sí que serás mejor fotógrafo. Por lo menos si consideras lo que te cuenta alguien que lleva cuarenta años ejerciendo este oficio.

-¿Cuál es la mejor actitud para convertirse en fotógrafo?

Tomar menos fotos y mirar más. No se trata de practicar la pesca de arrastre y luego comprobar si entre los animales capturados hay uno valioso, sino de dedicar la jornada a pescar este ejemplar único, con la ventaja de que una foto, en lugar de privarle la vida, le proporciona una cierta inmortalidad… el secreto es ser perseverante, observador, paciente y un poco pillo.

Cuatro libros de fotografía para leer de una vez por todas

EN XATAKA FOTOCuatro libros de fotografía para leer de una vez por todas

Es un libro que a muchos nos ha venido bien tener al lado durante estos meses, para pensar y disfrutar (más) de la fotografía. Es una buena ocasión para reirte y reflexionar. Tenemos que estar atentos a todo, porque todo lo podemos rellenar con este diario en imágenes que es la fotografía. Y ‘Fotografía con una sonrisa’ nos lo recuerda sin falta.’Fotografía con una sonrisa’

Autor: Tino Soriano

Nº de páginas: 240

Formato: 18,50 x 24,00 cm

P.V.P.: 24,95 €

Anaya PhotoClub

La soledad para conseguir ser mejor fotógrafo ???

En el mundo de la fotografía se puede trabajar de muchas formas. En soledad es una de las mejores formas de hacerlo. Evitas distracciones, estás pendiente de todo lo que te rodea y tienes la posibilidad de encontrar la foto que estamos buscando desde que la vimos en nuestra cabeza. Salir solo a hacer fotos puede que no sea lo más divertido pero mejoraremos como fotógrafos.

La fotografía cada vez es más popular. Nunca se han hecho tantas fotos por segundo ni tantas personas tenían una cámara para expresarse. Todo el mundo se autorretrata, muestra la felicidad de estar junto a los amigos, la familia o la pareja.

Esos disparos son perfectos. Normalmente la fotografía es como el pensamiento. Al final quedan los recuerdos felices. Y normalmente es cuando estamos acompañados. Pero los buenos fotógrafos, esos que aparecen en las enciclopedias o que se recuerdan constantemente en los artículos de internet, trabajan solos. Cámara al hombro y a recorrer kilómetros en su barrio, su ciudad, su país o el mundo entero.

Normalmente la fotografía es como el pensamiento. Al final solo quedan los recuerdos felices. Y normalmente es cuando estamos acompañados. Pero los buenos fotógrafos, esos que aparecen en las enciclopedias o que se recuerdan constantemente en los artículos de internet, trabajan solos.

La concentración es básica para fotografiar. Es un trabajo al que hay que dedicarle tantas o más horas que cualquier otro. Es lo que la gente que empieza no suele entender. Los que piensan que hacer fotografías es fácil y que no tienes más que dar un botón. Que es un mero acto mecánico.

Hacer fotos es bastante más. El disparo es solo un gesto al final. Para llegar a él hemos tenido que aprender, pensar y trabajar mucho. Y todo esto es un recorrido solitario con toda la ayuda que hayamos podido reunir en el camino.

Pero llegará el momento en el que tendremos que andar solos para conseguir lo que queremos. Ahí nos daremos cuenta de si servimos para este mundo o debemos buscar otras formas de expresión.

Hacer fotos hoy en día

Seguro que muchos de vosotros estáis deseando las vacaciones (aquí hay uno que está soñando con ellas). Pero llega la realidad: la familia, los niños, los amigos, el calor, el me aburro, el vamos a tomar algo que esto es un rollo, el ni loco me voy a esas horas a dar una vuelta por el monte… Las vacaciones como las entienden muchos.

Y tampoco puedes convertir a tus acompañantes en las víctimas de tu mundo perverso, donde puedes esperar horas a que el sol esté en la posición adecuada… Así no hay forma de hacer nada realmente bueno. Si acaso bellas postales para contentar nuestro ego.

Es el síndrome del fotógrafo actual. Como no tengo tiempo y quiero hacer cosas buenas, busco las coordenadas de otros fotógrafos para hacer la fotografía de postal. Es otra forma de trabajar.

Es el síndrome del fotógrafo actual. Como no tengo tiempo y quiero hacer cosas buenas, busco las coordenadas de otros fotógrafos para hacer la fotografía de postal. Es otra forma de trabajar.

Pero cuando el fotógrafo se hace es cuando deja todo el lastre y se lanza en soledad por los caminos que le marque el destino o la planificación de su proyecto. En ese momento puede sacar todo lo que tiene dentro. Es cuando se ve obligado a descubrirse como hacedor de imágenes.

Es dueño de su tiempo. No tiene que dar explicaciones y puede esperar todas las horas que necesite. O incluso darse el gusto de no hacer uno solo disparo porque se ha limitado a mirar, una cosa que deberíamos hacer más y que actualmente está mal visto por considerarse algo poco productivo.

Soledadii

En estos tiempos en los que el arte, la literatura o la poesía, o el simple placer de aburrirse está mal visto, no se concibe un fotógrafo solitario. Por eso triunfan hoy en día las mismas fotos de los mismos sitios desde los mismos puntos de vista. Para demostrar que hemos aprovechado el tiempo.

Se repite ese karma del triunfo por encima de todas las cosas, de los cientos de likes en las redes sociales, de la aprobación de los desconocidos que valoran más la nitidez que el mensaje. Se ha llegado al punto de negar el poder de la fotografía de trasmitir historias…

La soledad del fotógrafo

Así que si queremos mejorar como fotógrafos tenemos la pista de miles de autores que han demostrado cómo hay que trabajar y los sacrificios que hay que hacer por una buena imagen.

Ahí está Eugene Atget que nunca dejó de hacer fotos del París que desaparecía. O los miembros de la agencia Magnum cuando eran pocos y se repartían el mundo para contarlo. O Bill Cunningham que no dejaba de estar solo en la Gran Manzana a pesar de estar rodeado de la flor y nata de la sociedad.

Soledadiii

También podemos recordar las travesías por Cuenca del bueno de Navia en las que terminaba durmiendo en hoteles perdidos. O la solitaria vida de Cristina García Rodero para encontrar esa España oculta…

Ser buen fotógrafo es duro. Hay que saber estar solo para hacer lo que uno quiere realmente. Y como muchos de vosotros no queréis llegar a tanto (ni falta que hace) siempre podéis salir por la mañana pronto y volver con el desayuno. O si hace mal tiempo escapar con un impermeable a la calle. O no dejarse llevar por la siesta.

Es en esos momentos cuando podremos hacer mejor nuestra función. Pendientes de todo lo que nos rodea, valorando la luz, las miradas de los que nos rodean e incluso la posible conversación con aquellas personas que llaman nuestra atención y que nos pueden brindar la fotografía de nuestra vida. Porque aunque la vida del fotógrafo es solitaria no quiere decir que no encontremos gente interesante en cada esquina a la que mirar a través del visor.

¿Tienes un mal día? Prueba con las divertidísimas finalistas de los Comedy Wildlife Photography Awards

SERGIO FABARA@kinofabara

¿Tienes un mal día? Prueba con las divertidísimas finalistas de los Comedy Wildlife Photography Awards

La fotografía de vida salvaje usualmente está asociada a aquellos momentos en los que podemos ver la majestuosidad de la naturaleza en su máxima expresión. Sin embargo, la fauna que habita este planeta no es solo seriedad, migración, depredadores y supervivencia. También está acompañada de ternura y risas, como nos lo muestran los finalistas de los ‘Comedy Wildlife Photography Awards’ para 2020.

Para este tercer año de competencia, el certamen premia los momentos divertidos que la madre naturaleza nos trae a través de nuestra herramienta fotográfica. 44 imágenes fueron seleccionadas para competir por el premio mayor de presumir el título de ‘Ganador de competencia’, además de un safari en Kenya, una cámara Nikon y un trofeo de metal realizado artesanalmente en Tanzania.

Jagdeep Rajput Peekaboo 00005007© Jagdeep Rajput – «Peekaboo» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020.

Sobre todo, este premio está hecho para que el lado alegre y llamativo de las imágenes nos ayuden a crear conciencia alrededor de la naturaleza, el medio ambiente y los seres que nos acompañan en el globo terrestre. Los organizadores aprovechan para recordarnos la importancia de realizar más acciones que ayuden a disminuir nuestro impacto sobre la contaminación y el calentamiento global; nos presentan iniciativas como la de la organización de liberación de animales en cautiverio, Born Free; y también nos invitan a pequeñas acciones como utilizar menos agua en casa, tener plantas (así sean algunas pequeñas en nuestros balcones) y comprar responsablemente.

Los ganadores serán anunciados el próximo 22 de octubre. Además de ver el listado completo, podemos visitar la página oficial del certamen para votar por nuestra imagen favorita.

Los dejamos con 15 de las imágenes más llamativas de este año:Arthur Telle Thiemann Smiley 00000091© Arthur Telle Thiemann – «Smiley» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Krisztina Scheeff Seriously Would You Share Some 00006026© Krisztina Scheeff – «Seriously Would You Share Some» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020 00000696© Christina Holfelder – «I Could Puke» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020 Yevhen Samuchenko The Race 00005696© Yevhen Samuchenko – «The Race» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Thomas Vijayan Fun For All Ages 00000079© Thomas Vijayan- «Fun For All Ages» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Wei Ping Peng So Hot 00006854© Wei Ping Peng – «So Hot» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Sally Lloyd Jones Its A Mocking Bird 00001239© Sally Lloyd Jones – «Its A Mocking Bird» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Petr Sochman Social Distance Please 00004664© Petr Sochman – «Social Distance Please» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Mark Fitzpatrick© Mark Fitzpatrick / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Jacques Poulard Lamentation 00006723© Jacques Poulard – «Lamentation» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Kay Kotzian I Think This Tires Gonna Be Flat 00006435© Kay Kotzian – «I Think This Tires Gonna Be Flat» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Max Teo Its The Last Day Of School Holidays 00004398© Max Teo – «It’s The Last Day Of School Holidays» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Esa Ringbom Doggo 00005743© Esa Ringbom – «Doggo» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Eric Fisher Hi Yall 00004184© Eric Fisher- «Hi Yall» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020Luis Burgueno I Had To Stay Late At Work 00006393© Luis Burgueno – «I Had To Stay Late At Work» / Comedy Wildlife Photo Awards 2020

NADIA LEE COHEN. «Not a retrospective «

La Sala de La Pasión expone la obra de Nadia Lee Cohen por primera vez en Valladolid. Cerca de medio centenar de retratos realizados por la fotógrafa británica pueden verse hasta el 8 de noviembre en La Pasión.

La Sala Municipal de Exposiciones de La Pasión presenta la exposición ‘Not a retrospective’, la primera gran retrospectiva de la aplaudida fotógrafa británica Nadia Lee Cohen, reconocida por la crítica desde que con solo 22 años ganara el Premio de Fotografía Taylor Wessing y mostrara su trabajo en la National Portrait Gallery de Londres.

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Es la primera vez que puede verse obra de Nadia Lee Cohen en Valladolid, gracias a la iniciativa de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid. Con propuestas como esta, la Fundación quiere ser escaparate de nuevas generaciones de creadores, de los discursos más frescos y vanguardistas del momento.

‘Not a retrospective’ reúne cerca de medio centenar de instantáneas, muestra de todas las series que la artista ha realizado en su meteórica carrera.  La muestra, que puede verse en Valladolid hasta el ocho de noviembre, permite al visitante descubrir el personal estilo de la joven fotógrafa, influenciado por los editoriales de moda y el cine de Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick y los hermanos Cohen.

Nadia Lee Cohen (Reino Unido, 1990) es fotógrafa, cineasta y artista de autorretrato inglesa que reside en Los Angeles (Estados Unidos). Desde su primer viaje a la ciudad californiana en 2014, la artista ha confesado sentirse “magnéticamente atraída por América”. “Es el único sitio que me estimula y me repele al mismo tiempo de la manera más encantadora”, asegura Lee Cohen.

Esta fascinación por el estilo de vida estadounidense, el conformismo de las zonas residenciales y la idea de perfección que reflejan son transgredidos por la fotógrafa para mostrar su lado más oscuro: desde personajes femeninos que combaten el sofocante conformismo con el escapismo sexual hasta los luminosos rótulos que ensalzan la cultura del consumismo.

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A primera vista, las imágenes resultan llamativas y glamurosas, pero una mirada profunda deja asomar elementos que perturban la escena y que difuminan la frontera entre fantasía y realidad.

«Las imágenes son como fotogramas de una película. Se ve que hay una historia detrás, parece que algo está a punto de suceder», asegura el comisario de la muestra, Mario Martín Pareja. «Ella, tan joven, sabe cómo retener la atención del espectador. Introduce elementos de distorsión que hacen que el visitante recuerde cada imagen», ha explicado.

Pese a proceder del mundo de la moda -estudió en la Fashion College School de Londres-, Nadia «reniega de los cánones de belleza establecidos», lo que le permite, a juicio del comisario, » conectar con el público y ejercer, en cierto modo, de activista».

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Colores saturados, toques surrealistas y una atmósfera en la que se cuelan elementos que rozan lo inquietante son el reconocible sello de Nadia Lee Cohen. Un estilo, con la mujer como indiscutible protagonista, que ha llevado también a su producción publicitaria para marcas como MAC Cosmetics, Adidas o Miu Miu, y al audiovisual en trabajos con artistas como Sofia Loren, Pamela Anderson o
Katy Perry, entre otros. ‘Not a retrospective’, comisariada por Mario Martín Pareja y organizada por la Fundación Muncipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid y Contemporánea, permanecerá en la Sala Municipal de Exposiciones del Museo de la Pasión hasta el próximo ocho de noviembre.

La muestra puede visitarse de forma gratuita de martes a domingo y festivos, en horario de 12 a 14 y de 18.30 a 21.30 horas.

Nadia Lee Cohen (Reino Unido, 1990) es una fotógrafa, cineasta y artista de autorretrato inglesa que reside en Los Angeles (EEUU). En 2011, Lee Cohen asiste al London College of Fashion y comienza a estudiar fotografía. En 2012 es incluída en el prestigioso premio Taylor Wessing Portrait y expone su obra en la National Portrait Gallery de Londres. Además de su trabajo artístico personal ha realizado trabajos publicitarios (Miu Miu, Adidas, MAC Cosmetics…) y videoclips musicales y cortometrajes con celebridades como Pamela Anderson, Katy Perry, Danny Trejo, A$AP Rocky, Tyler the Creator o Bootsy Collins, entre otros. Sus fotografías han sido publicadas en revistas como New York Magazine, Vogue Magazine, Marie Claire, Interview magazine, Paper magazine y The Sunday Times, y en numerosas revistas digitales especializadas.

Día Mundial de la Fotografía.

El 19 de agosto de 1839 Louis Daguerre presentó ante la Academia de Ciencias de Francia su último inventó: el daguerrotipo, que permitía capturar una imagen a través de un proceso químico. Pero el Día Mundial de la Fotografía es una iniciativa del fotógrafo australiano Korske Ara que ha ido aumentando su difusión e importancia, de forma que ahora se celebra en todo el mundo.

Este día no sólo fotógrafos de todo el mundo manifiestan el amor por la profesión, también personas que no se dedican profesionalmente a la fotografía dan muestras de su pasión por esta disciplina que refleja la realidad de una forma muy personal.

Con el surgimiento de las cámaras digitales y sobre todo con la popularización de la fotografía a través de los teléfonos móviles, cualquier persona puede ser testigo de un instante, captarlo y trasladarlo a los demás a través de una foto. Desde luego, la fotografía ha cambiado mucho con las nuevas tecnologías, pero el trasfondo permanece invariable. Se trata de que la fotografía tiene el poder de contar historias, inspirar al espectador y lo que es más importante, el poder de cambiar el mundo.

En el día Mundial de la Fotografía la Asociación Fotográfica Vallisoletana se complace de mostrar un pequeño audiovisual con imágenes de sus socios. Esperamos que sean de su agrado.