La fotografía de vida salvaje usualmente está asociada a aquellos momentos en los que podemos ver la majestuosidad de la naturaleza en su máxima expresión. Sin embargo, la fauna que habita este planeta no es solo seriedad, migración, depredadores y supervivencia. También está acompañada de ternura y risas, como nos lo muestran los finalistas de los ‘Comedy Wildlife Photography Awards’ para 2020.
Para este tercer año de competencia, el certamen premia los momentos divertidos que la madre naturaleza nos trae a través de nuestra herramienta fotográfica. 44 imágenes fueron seleccionadas para competir por el premio mayor de presumir el título de ‘Ganador de competencia’, además de un safari en Kenya, una cámara Nikon y un trofeo de metal realizado artesanalmente en Tanzania.
Sobre todo, este premio está hecho para que el lado alegre y llamativo de las imágenes nos ayuden a crear conciencia alrededor de la naturaleza, el medio ambiente y los seres que nos acompañan en el globo terrestre. Los organizadores aprovechan para recordarnos la importancia de realizar más acciones que ayuden a disminuir nuestro impacto sobre la contaminación y el calentamiento global; nos presentan iniciativas como la de la organización de liberación de animales en cautiverio, Born Free; y también nos invitan a pequeñas acciones como utilizar menos agua en casa, tener plantas (así sean algunas pequeñas en nuestros balcones) y comprar responsablemente.
Los ganadores serán anunciados el próximo 22 de octubre. Además de ver el listado completo, podemos visitar la página oficial del certamen para votar por nuestra imagen favorita.
La Sala de La Pasión expone la obra de Nadia Lee Cohen por primera vez en Valladolid. Cerca de medio centenar de retratos realizados por la fotógrafa británica pueden verse hasta el 8 de noviembre en La Pasión.
La Sala Municipal de Exposiciones de La Pasión presenta la exposición ‘Not a retrospective’, la primera gran retrospectiva de la aplaudida fotógrafa británica Nadia Lee Cohen, reconocida por la crítica desde que con solo 22 años ganara el Premio de Fotografía Taylor Wessing y mostrara su trabajo en la National Portrait Gallery de Londres.
Es la primera vez que puede verse obra de Nadia Lee Cohen en Valladolid, gracias a la iniciativa de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid. Con propuestas como esta, la Fundación quiere ser escaparate de nuevas generaciones de creadores, de los discursos más frescos y vanguardistas del momento.
‘Not a retrospective’ reúne cerca de medio centenar de instantáneas, muestra de todas las series que la artista ha realizado en su meteórica carrera. La muestra, que puede verse en Valladolid hasta el ocho de noviembre, permite al visitante descubrir el personal estilo de la joven fotógrafa, influenciado por los editoriales de moda y el cine de Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick y los hermanos Cohen.
Nadia Lee Cohen (Reino Unido, 1990) es fotógrafa, cineasta y artista de autorretrato inglesa que reside en Los Angeles (Estados Unidos). Desde su primer viaje a la ciudad californiana en 2014, la artista ha confesado sentirse “magnéticamente atraída por América”. “Es el único sitio que me estimula y me repele al mismo tiempo de la manera más encantadora”, asegura Lee Cohen.
Esta fascinación por el estilo de vida estadounidense, el conformismo de las zonas residenciales y la idea de perfección que reflejan son transgredidos por la fotógrafa para mostrar su lado más oscuro: desde personajes femeninos que combaten el sofocante conformismo con el escapismo sexual hasta los luminosos rótulos que ensalzan la cultura del consumismo.
A primera vista, las imágenes resultan llamativas y glamurosas, pero una mirada profunda deja asomar elementos que perturban la escena y que difuminan la frontera entre fantasía y realidad.
«Las imágenes son como fotogramas de una película. Se ve que hay una historia detrás, parece que algo está a punto de suceder», asegura el comisario de la muestra, Mario Martín Pareja. «Ella, tan joven, sabe cómo retener la atención del espectador. Introduce elementos de distorsión que hacen que el visitante recuerde cada imagen», ha explicado.
Pese a proceder del mundo de la moda -estudió en la Fashion College School de Londres-, Nadia «reniega de los cánones de belleza establecidos», lo que le permite, a juicio del comisario, » conectar con el público y ejercer, en cierto modo, de activista».
Colores saturados, toques surrealistas y una atmósfera en la que se cuelan elementos que rozan lo inquietante son el reconocible sello de Nadia Lee Cohen. Un estilo, con la mujer como indiscutible protagonista, que ha llevado también a su producción publicitaria para marcas como MAC Cosmetics, Adidas o Miu Miu, y al audiovisual en trabajos con artistas como Sofia Loren, Pamela Anderson o Katy Perry, entre otros. ‘Not a retrospective’, comisariada por Mario Martín Pareja y organizada por la Fundación Muncipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid y Contemporánea, permanecerá en la Sala Municipal de Exposiciones del Museo de la Pasión hasta el próximo ocho de noviembre.
La muestra puede visitarse de forma gratuita de martes a domingo y festivos, en horario de 12 a 14 y de 18.30 a 21.30 horas.
Nadia Lee Cohen (Reino Unido, 1990) es una fotógrafa, cineasta y artista de autorretrato inglesa que reside en Los Angeles (EEUU). En 2011, Lee Cohen asiste al London College of Fashion y comienza a estudiar fotografía. En 2012 es incluída en el prestigioso premio Taylor Wessing Portrait y expone su obra en la National Portrait Gallery de Londres. Además de su trabajo artístico personal ha realizado trabajos publicitarios (Miu Miu, Adidas, MAC Cosmetics…) y videoclips musicales y cortometrajes con celebridades como Pamela Anderson, Katy Perry, Danny Trejo, A$AP Rocky, Tyler the Creator o Bootsy Collins, entre otros. Sus fotografías han sido publicadas en revistas como New York Magazine, Vogue Magazine, Marie Claire, Interview magazine, Paper magazine y The Sunday Times, y en numerosas revistas digitales especializadas.
El 19 de agosto de 1839 Louis Daguerre presentó ante la Academia de Ciencias de Francia su último inventó: el daguerrotipo, que permitía capturar una imagen a través de un proceso químico. Pero el Día Mundial de la Fotografía es una iniciativa del fotógrafo australiano Korske Ara que ha ido aumentando su difusión e importancia, de forma que ahora se celebra en todo el mundo.
Este día no sólo fotógrafos de todo el mundo manifiestan el amor por la profesión, también personas que no se dedican profesionalmente a la fotografía dan muestras de su pasión por esta disciplina que refleja la realidad de una forma muy personal.
Con el surgimiento de las cámaras digitales y sobre todo con la popularización de la fotografía a través de los teléfonos móviles, cualquier persona puede ser testigo de un instante, captarlo y trasladarlo a los demás a través de una foto. Desde luego, la fotografía ha cambiado mucho con las nuevas tecnologías, pero el trasfondo permanece invariable. Se trata de que la fotografía tiene el poder de contar historias, inspirar al espectador y lo que es más importante, el poder de cambiar el mundo.
En el día Mundial de la Fotografía la Asociación Fotográfica Vallisoletana se complace de mostrar un pequeño audiovisual con imágenes de sus socios. Esperamos que sean de su agrado.
El archivo fotográfico de Dorothea Lange fue donado al museo en 1965. Gracias a una donación de la fundación Henry Luce, se desarrolló la curaduría y el montaje de esta colección digital que incluye fotografías, citas de la fotógrafa y el contexto histórico que rodea la obra del trabajo documental de Lange.
Lange, además de ser una de las mujeres más importantes en la historia de la fotografía, es un ejemplo de filosofía del arte fotográfico. Su vida se dedicó a acercarse a las personas, a mostrar cómo retratar con respeto, potenciando la dignidad que cada persona merece (una práctica que muchos retratistas urbanos, documentales y por el estilo han perdido).
La cultura es uno de los grandes dones de la humanidad… La literatura, el cine, el teatro y la fotografía están ahí para enseñar y entretener. Esos dos pilares, la enseñanza y el entretenimiento es lo que nos propone el documental ‘La historia de Polaroid’ que podemos ver en la plataforma Filmin para deleite de todos los que amamos y recordamos nuestras viejas fotos instantáneas cuadradas.
La existencia de Polaroid se debe a la visión de la hija del inventor. Quería ver las fotos inmediatamente después de hacerlas en 1943. Y Edwin H. Land empezó a darle vueltas a la petición hasta que presentó la cámara que permitía ver las fotos en 60 segundos en 1947. El mundo de la imagen cambió para siempre.
Este documental se suma a otros que podemos encontrar sobre la historia de Polaroid, una marca de fotografía, que tuvo su edad dorada hasta que apareció un invento que hacía lo mismo pero mucho más rápido, el sensor digital.Fotograma del documental
El documental está dirigido por Peter Volkart, un documentalista con obra premiada en varios festivales de cine fantástico. El documental cuenta con una cantidad de material sumamente llamativo y vuelve a llamar la atención que aparezca la figura de Florian Kaps, el director de la empresa The impossible project que tanto ha dado que hablar.
‘La historia de Polaroid’, el ascenso y la caída de una forma de entender la fotografía
El documental de Peter Volkart cuenta, con la ayuda y abuso de la infografía, la historia de Polaroid a través de la vida de su inventor, Edwin H. Land. Desde la primera demostración que dejó a todo el mundo con la boca abierta hasta la aparición de la fabulosa SX-70, la cámara que cambió todo de nuevo en el universo Polaroid.https://www.youtube.com/embed/eOYpjxI-epw?enablejsapi=1&origin=https://www.xatakafoto.com
A lo largo de los 77 minutos del documental aparecen varios artistas que en algún momento han utilizado la Polaroid para crear sus obras. Vemos varios anuncios de la época que llaman mucho la atención. Una de los momentos más interesantes es descubrir cómo recomendaban vender las cámaras a los clientes estadounidenses y la importancia de no soltar la fotografía que hacían sin tener la seguridad de la venta.Publicidad de Polaroid
Nos explican el origen del nombre de la empresa que tiene que ver con el primer invento de Edwin H. Land, el polarizador. Cuando era un estudiante dejó la universidad frustrado por lo que allí le enseñaban. Se encerró en la biblioteca de Nueva York e inventó los cristales polarizados. Gracias a él tenemos hoy la fortuna de ver películas en 3D, por poner el ejemplo más llamativo.
El gran problema de Polaroid fue por supuesto la aparición de la fotografía digital. No tiene nada que hacer contra ella. Es más inmediata, seguro… pero lo que descubrimos a lo largo del documental es que el proceso de la Polaroid es más natural. Uno de los fotógrafos defiende que capta exactamente la misma luz que absorbe la escena. Y pienso que no está muy desencaminado.
Todo termina hasta que aparece la figura de Florian Kaps, el director de la empresa The impossible project. A raíz del éxito del movimiento lomográfico se les ocurrió apostar por la resurrección del concepto.Fotograma del documental
No deja de ser una buena idea. Consiguió toda la maquinaria abandonada por un precio irrisorio pero no logró la fórmula química. Por este motivo los resultados de la película The impossible project fueron un absoluto fracaso. Además eran conscientes de la mala calidad de los productos, pero aún así lo vendían al doble para intentar repetir la fórmula Lomo.
Una pena que una historia como la de Polaroid haya acabado así, de semejante forma. Y dejan un dato curioso para la reflexión… El éxito de estas cámaras fue debido a la posibilidad de fotografiarse desnudo sin que nadie más lo viera. ¿Tienen razón?
Así que si queréis verla podéis acudir a Filmin o buscarla por cualquier otra plataforma para los que recordamos los buenos viejos tiempos. No es un gran documental pero al menos disfrutaremos aprendiendo de lo que más nos gusta.
La Fundación inaugura un espacio en Google Arts & Culture
Con el objetivo de difundir virtualmente el mundo del tren, presenta una colección de imágenes, dos exposiciones y una visita virtual al Museo del Ferrocarril de Madrid. Google Arts & Culture permite multiplicar la difusión en Internet de las colecciones que custodia la Fundación. La Fundación de los Ferrocarriles Españoles es una de las primeras instituciones relacionadas con el mundo del tren que forma parte de Google Arts & Culture, iniciativa que permite acceder a la cultura gratuitamente a través de internet. Esta plataforma online cuenta en la actualidad con información de más de 1.500 instituciones culturales de setenta países, permitiendo a los usuarios de internet explorar el arte, la historia y las maravillas del mundo. La exposición online de la Fundación en Google Arts & Culture acerca a los navegantes de la red el universo del tren desde tres ámbitos de contenidos, que se irán ampliando progresivamente para mantener vivo este espacio: Colección de más de 200 imágenes, tanto fotografías como documentos, históricas y contemporáneas, que son una pequeña selección de los fondos que conserva la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Visita virtual de distintos espacios del Museo del Ferrocarril de Madrid, gracias a la tecnología de StreetView que nos permitirá conocer tanto las salas como gran parte del material que se conserva en la decimonónica estación de Delicias, donde tiene su sede desde 1984. Exposiciones virtuales: “El ferrocarril a través de sus mapas: desarrollo y evolución de la cartografía ferroviaria en los siglos XIX y XX (1855-2006)”, permite ampliar el conocimiento sobre la historia del ferrocarril en España a través de una selección de 25 mapas, elegidos entre los más representativos de la Biblioteca Ferroviaria, memoria viva del conocimiento del ferrocarril y abierta a todos aquellos que quieran saber más sobre el mundo del tren. “25 años de alta velocidad en España: cultura y alta velocidad española, una exposición para los amantes del tren y la fotografías (1992-2016)”, presenta una serie de imágenes premiadas y seleccionadas en el reconocido certamen “Caminos de Hierro”, que desde hace más de 30 años une a la fotografía y el ferrocarril. Este proyecto, fruto de un acuerdo entre Google y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, tiene el objetivo de ir ampliando los contenidos para dar a conocer los importantes fondos que abarcan todos los aspectos del amplio mundo que rodea al ferrocarril, un medio de transporte que nos ha acompañado desde hace más de 170 años y con un futuro prometedor gracias a su sostenibilidad. La Fundación en Google Arts & Culture:
Google Arts & Culture pone más de mil museos al alcance de tu mano. Es una forma inmersiva de explorar el arte, la historia y las maravillas del mundo, desde los cuadros de habitaciones de Van Gogh a la celda donde estuvo encarcelado Mandela. La app de Google Arts & Culture es gratuita y se encuentra disponible en Internet, en iOS y en Android. Los esfuerzos de Google para hacer la cultura accesible en Internet comenzaron en 2011 con un equipo partner en innovación para las instituciones culturales, que trabaja en tecnologías que ayudan a mantener y compartir la cultura y que permiten a los organizadores crear unas exposiciones atractivas en Internet, además de las de dentro de los museos.
Internet es un tesoro. Es una de las mejores herramientas que tenemos para investigar. Y para los fotógrafos es increíble. Ha cambiado nuestra forma de trabajar, nuestra forma de informarnos… Pero hay tanto donde buscar que es fácil perdernos. En esta ocasión hemos visto el documental ‘Abstract: The Art of Design. Platon: Photography’ en su plataforma de Youtube. La mejor forma de saber cómo trabaja una de los mejores retratistas de la actualidad.
Seguro que todos habéis visto los retratos de Platon en las portadas de las revistas internacionales más importantes del mundo. Suyo son los retratos de los líderes del primer mundo. Ahí están los últimos presidentes de los EEUU, la imagen más perturbadora de Vladimir Putin… Tiene un estilo propio. Solo hace falta ver un retrato y enseguida reconoces que es suyo.
Una de las series más interesantes de Netflix es ‘Abstract: The art of design’. Para contar qué es el diseño, la creatividad, Scott Dadich entrevistó, además de a Platon, al arquitecto Bjarke Ingels, al ilustrador Christoph Niemann, al diseñador de los zapatos Tinker Hatfield… y algunos más. La serie tuvo tanto éxito que ya está en la segunda temporada.
La famosa serie documental
A nosotros los fotógrafos nos debería interesar todos los capítulos, por supuesto. Pero vamos a centrarnos en la vida y obra de Platon, que nada tiene que ver con el famoso filósofo (aunque comparten orígenes).
El fotógrafo Platon
El documental empieza con unas fotografías en un barco a un marinero. La cámara que utiliza es una Leica de carrete, una pequeña maravilla que sorprenderá a más de uno. Para sus famosos retratos trabaja con una Hasselblad y escanea sus negativos con uno de los mejores escáner del mercado.
Su trabajo llamó la atención del joven John Kennedy Jr. Le contrató para su efímera revista. Luego pasó por Vogue y terminó colaborando con la revista Time, con la excelente The New Yorker y ha conseguido incluso un World Press Photo por su retrato al presidente ruso Vladimir Putin.
Sus influencias están claras. Ahí está Irving Penn, también vemos sin duda a Richard Avedon. La fuerza de la mirada, los fondos blancos impolutos… los trabajos con las personas más importantes del mundo y con la gente de la calle. Pero aporta su toque personal con el uso estilístico de la iluminación y de vez en cuando con el uso creativo del gran angular.
Sus influencias están claras. Ahí está Irving Penn, también vemos sin duda a Richard Avedon.
Precisamente una de sus fotografías más recordadas es la que hizo al presidente de los EEUU Bill Clinton. La postura del personaje y la elección del gran angular nos lleva directamente al famoso cuadro de Francisco de Goya de Godoy, en el que el mensaje sobre sus reales poderes estaba bien claro…Fotograma del documental
En el documental que tenemos la suerte de ver cómo prepara uno de sus retratos. Uno de los personajes políticos más importantes de los últimos años en EEUU, el Secretario de Estado durante la administración de George W. Bush. Verle trabajar es uno de las mejores clases que podemos disfrutar todos los que queremos hacer algún día un retrato que llame la atención.
Si no lo habéis visto todavía en Netflix, tenéis la oportunidad de disfrutar de otro buen documental para aprender.
Lógicamente, el evento que se celebrará (como todos los años) en Getxo (Bizkaia) no será igual. Primero por su intención de ser más sostenible y, sobre todo, por tener que adaptarse a la «nueva normalidad», algo a lo que desde la organización intentan responder «presentando su edición más participativa, más callejera y, al mismo tiempo, más digital«.
De la serie ‘Reduccion’ de Felipe Romero.
Por otro lado, como ya contamos, se estrenará un nuevo comisario, Jon Uriarte, que ha sido el encargado de seleccionar una veintena de proyectos que vertebran el programa artístico; «un programa que toma en cuenta los problemas que están sucediendo en el mundo en este momento y que están llevando a las personas a salir a la calle«
Y es que este festival propone «explorar el espacio público físico y online como un escenario actualizado para la protesta, como lugar de acogida para las personas invisibilizadas, como espacio de encuentro y reconocimiento mutuo y como campo de experimentación, juego y celebración«.
Este año también online
De la serie ‘2199’ del colectivo Fragmentin.
Como es habitual, la programación se estructura en torno a dos grandes apartados, exposiciones y actividades, a las que este año se suma un programa online. Respecto a lo primero, Getxophoto ha querido volcarse «más que nunca en la utilización del espacio público y ha programado casi todas ellas en la calle, al aire libre«. Una veintena de exhibiciones alrededor del tema A la calle y entre las que destacan ‘La Puente‘, el trabajo de Charlotte Schmitz sobre trabajadoras sexuales de Ecuador, o ‘Reducción‘, de Felipe Beltrán Romero sobre la lucha contra el racismo.
También la serie ‘How was your dream‘ del francés Thadde Comar sobre las protestas de Hong Kong en 2019, ‘Diorama Maps‘, que reúne collages gigantes del artista Sohei Nishino con vistas panorámicas de grandes ciudades a partir de la unión de pequeños e innumerables fragmentos, o 2199, donde el colectivo suizo Fragmentin ofrece una pieza de realidad virtual, a través de una coreografía sincronizada, sobre la vulnerabilidad del ser humano ante los avances tecnológicos.De la serie ‘Tokyo compression’ de Michael Wolf
Pero, como decíamos, el festival «amplia su alcance a Internet con el objetivo de utilizar el espacio online no sólo como un medio de comunicación o promoción, sino como un espacio donde tiene lugar una parte de la programación del Festival«.
Por ello, se ha desarrollado una programación específica, con una banda sonora propia (creada por Aran Calleja y Borja Crespo a través de playlist cambiante) y podcasts en colaboración con Radio Ambulante. También se acogerá el fenómeno de los filtros de Instagram que arrasa en las redes sociales a través del Primer Concurso de Filtros Faciales de Instagram, «un concurso único en su categoría«.De la serie ‘Americans Parade’ de George Georgiou.
Finalmente, por lo que toca a las actividades, la idea es que sea un edición más participativa, buscando «una relación cercana y horizontal con el público […] intentando mantener e impulsar ventanas abiertas a la participación«. Un ejemplo podría ser la iniciativa Pantalla compartida, a través de la que han invitado a la población local a que envíe capturas de pantalla de las videollamadas realizadas durante el confinamiento para exponerlas.
También se ha lanzado el tercer Open Call Internacional, convocatoria abierta para artistas internacionales que quieran exponer y para el que han recibido 329 proyectos de 43 países. Cuatro de los cuales se exhibirán en esta edición. La programación se completa con un extenso programa de visitas guiadas (incluyendo un ciclo de visitas nocturnas, como una forma distinta de acercarse al trabajo de los artistas) y otras actividades que se pueden consultar en la web del festival.
No es fácil que una fotografía de moda aguante el paso del tiempo y mantenga intacto su ‘glamour’, su belleza y su frescura. Dicho de otra manera, ¿puede algo que nace para una existencia efímera en un mundo aún más efímero, como es el de la moda, acabar convertido en algo atemporal y eterno? Sí, puede, y a veces, sucede.
Es el caso de ‘Nastassja and the serpent’ (Nastassja y la serpiente), una imagen que nació de la conjunción de tres astros: el fotógrafo Richard Avedon, la actriz y modelo Nastassja Kinski y Diana Vreeland, la legendaria editora de la edición estadounidense de la revista Vogue.
Hay quien añade, además, un cuarto elemento a este cóctel mágico: el azar.
Corría el año 1981 y Nastassja Kinski y Richard Avedon estaban en la cima de sus respectivas carreras.
La alemana Nastassja Kinski, de tan solo 21 años, era el rostro del momento. Hija del polémico y difícil actor Klaus Kinski y de su primera mujer, la también actriz, Ruth Brigitte Tocki, Nastassja debutó en el cine a los 15 años de la mano de Wim Wenders, tras ser descubierta en una discoteca. Quienes se fijaron en ella no supieron quién era famoso padre hasta que tuvieron que pedir el permiso de sus progenitores para poder trabajar con ella. La belleza y sensualidad de Kinski no pasó desapercibida y el mundo de la moda pronto la reclamó para sí. Todo el mundo quería a Nastassja como imagen de su marca.
Lo cierto es que la figura de la actriz y modelo estuvo envuelta en la polémica casi desde sus comienzos, con un desnudo parcial en su primera película y uno integral dos años después, cuando tenía 17. Kinski encadenó trabajos en los que se explotaba su erotismo adolescente. Fue una ‘Lolita’, otra más, al servicio de las fantasías masculinas.
Por su parte, Richard Avedon era el fotógrafo de moda por excelencia. Poco antes, en 1978, el MOMA de Nueva York le había dedicado la mayor retrospectiva fotográfica de la historia, la primera de las dos que protagonizaría a lo largo de su vida en el prestigioso museo neoyorquino. Su nombre y su obra estaban en lo más alto. Fue una de las razones por la que la todopoderosa Diana Vreeland, editora jefe de Vogue, quiso expresamente que fuera Avedon quien fotografiara a Nastassja Kinski.
La sesión duró apenas dos horas, pero ni el desnudo de Nastassja ni la serpiente estaban en el plan inicial de trabajo. Ahí fue donde intervino el azar, en el primero de los dos toques de varita con los que bendijo la sesión de fotos. Pero eso lo veremos más adelante.
Avedon y Kinski comenzaron a trabajar y todo transcurría según lo previsto. Luces, poses, cambios de vestuario, retoques de maquillaje, peluquería… Tan previsible y controlado como anodino. Faltaba algo, una chispa, algún elemento que hiciera del binomio Kinski-Avedon algo diferente, único y, sobre todo, memorable.
La estilista de Vogue Polly Mellen, presente en el estudio, recuerda como durante unos momentos todos se detuvo mientras los presentes intentaban dar con una idea original que encendiese la creatividad de la sesión.
Llevábamos ya un buen rato con la sesión. Habíamos hecho fotos para un editorial de moda y estaban bastante bien. Entonces pregunté a Natassja si había alguna cosa que le gustara especialmente, y ella me dijo: “Me gustan las serpientes”. Y yo le dije: “¿Las serpientes?” No lo dudamos y llamamos a una tienda de animales. Nos trajeron aquel animal increíble. Yo la cogí, fue toda una experiencia, y Dick (Avedon) le preguntó a Nastassja si estaba dispuesta a desnudarse, a lo que ella contestó: “¡Por supuesto!”. Se desnudó y se tumbó. Entonces la serpiente se enrolló en su cuerpo, y comenzó a subir…”
Todos contenían la respiración, el silencio era absoluto. Nastassja mantenía la calma mientras la cabeza de la serpiente se acercaba a la suya. Avedon, agachado tras su cámara, mantenía el cuerpo en tensión, los ojos alerta, a la espera de que algo sucediese. Y sucedió. La serpiente sacó su lengua y “besó” la oreja de Nastassja. Avedon, atento, apretó el obturador. Ese era el detalle que hacía que el resultado fuera simplemente perfecto.
Cuando acabó no podíamos ni hablar. A mí me corrían las lágrimas por las mejillas. Cuando la serpiente sacó su lengua y “besó” a Nastassja… Fue mágico, absolutamente extraordinario.
El resultado es una de las imágenes más recordadas de todos los tiempos. La belleza y serenidad que transmite Nastassja Kinski contrapuesta al peligro y la amenaza excitante de la serpiente. La imagen es elegante y directa a la vez que sensual y evocadora. La inevitable referencia a Eva y la serpiente, la inocencia y la tentación, el bien y el mal, la inocencia y la amenaza, lo masculino y lo femenino, lo angelical y lo demoníaco, el deseo, el sexo… Todos los elementos tienen cabida y se interrelacionan en una única y aparentemente simple imagen.
Hay, sin embargo, un objeto que parece estar de más, algo que a veces distrae la atención: el brazalete de Patricia von Musulin que Kinski luce en su muñeca. Su presencia no llamó la atención en aquel momento; al fin y al cabo, aquella era una sesión demoda. Pero la editora de Vogue acabó lamentando no haberle dicho a Nastassja que se lo quitara.
Hubiera preferido que no llevara la pulsera puesta porque eso le da un toque de “foto de moda” y yo creo que esa imagen es mucho más. Hubiera sido mejor si no llevase absolutamente nada.
Conscientes del magnetismo e inmenso potencial de la imagen conseguida, y tras aparecer en octubre de ese mismo año en la edición americana de Vogue, la fotografía se comercializó rápidamente en forma de póster, y fue así como ‘Nastassja y la Serpiente’ ocupó durante años un lugar destacado en dormitorios de millones de jóvenes y adolescentes de los años 80.
En estos casi 40 años que han pasado desde que se tomara aquella foto, la imagen ha sido imitada hasta la saciedad. Modelos famosas y actrices se han fotografiado con serpientes de diferentes tipos.
La propia hija de Nastassja, Sonja Kinski, posó 20 años después rememorando la imagen de su madre, en una sesión con el fotógrafo Michel Comte.
Una de las versiones más famosas y recientes de la histórica foto es la protagonizada por la actriz Jennifer Lawrence, que posa ante la cámara del fotógrafo Patrick Demarchelier. Sin embargo, ni esta ni otras copias tienen, ni de lejos, el magnetismo de la fotografía original.
A todas las fotos posteriores que han intentado emular la original de Kinski y Avedon les falta sutileza y les sobra algo que podríamos llamar “sexualidad forzada”. Solo Nastassja parece estar realmente “cómoda” con la serpiente, es la única que transmite cierta placidez e inocencia pese a sentir cómo el enorme reptil repta por su cuerpo y saca su lengua para introducirla en su oreja.
Hay otro detalle importante, además de la mirada de Nastassja y la lengua de la serpiente, que hace de la imagen original funcione como no lo hace ninguna de las posteriores: el cuerpo de la serpiente tapa el sexo de Nastassja que, de no ser por ella, quedaría al descubierto. El animal oculta el sexo de Kinski refuerza así una sensación de dominio sobre la atmósfera sexual de la escena. Sin dejar de ser jamás, y esta es la clave, un gesto sutil, nada forzado.
El blanco y negro elegante y perfectamente trabajado marca de Richard Avedon realza la belleza de la escena, mucho más sutil y elegante que su versión en color.
Años después, Nastassja Kinski renegó y se arrepintió de la utilización que la moda, pero sobre todo el cine, hicieron de su sexualidad cuando aún no era mayor de edad. Lamentó no haber estado mejor aconsejada y no haber tenido herramientas ni referentes para hacer frente a aquellos abusos. La foto de la serpiente, sin embargo, permanece como un buen recuerdo y como uno de sus trabajos favoritos.
Con el tiempo, Richard Avedon volvería a fotografiar a Nastassja en varias ocasiones, pero con una pose y una intencionalidad totalmente diferentes. Ah, y sin serpiente.
El universo está lleno de maravillas que se encuentran a miles y millones de kilómetros de nuestro planeta. Gracias a la tecnología hemos podido acercarnos a esos cuerpos lejanos para conocer su comportamiento y aprender un poco mejor cómo funciona este universo. Uno de estos cuerpos es el Sol, la estrella que nutre nuestro planeta y el protagonista de este maravilloso time-lapse.
Este vídeo nos muestra el Sol actuando desde el dos de junio de 2010 al primero de junio de 2020. Está compuesto por 425 millones de imágenes, y un archivo fotográfico de alrededor de 20 millones de GB de información almacenados.
Para capturar el vídeo, la división de observación de dinámica solar (SDO) utiliza un sistema de imagen computacional, que captura 10 ondas de luz distintas cada 12 segundos. Además, el laboratorio captura una foto de la estrella cada 0.75 segundos.
Entre tanto material podemos encontrar imágenes asombrosas del Sol, como erupciones de gran escala, el tránsito de Venus frente al Sol y varios eventos más que se encuentran enlazados en la descripción del vídeo en YouTube.
El vídeo está construido por una foto de cada hora en ese periodo de 10 años. Hay momentos en los que se ve negro o en los que el Sol no se encuentra alineado. Esto se debe a que en esos momentos el telescopio no estaba funcionando bien o el telescopio debía ser calibrado para la captura. Aunque en una hora de material estos espacios no hacen tanto ruido.
Para conocer más sobre esta rama de observación de la NASA podéis visitar su página oficial.
Un año más, la plataforma Lens Culture ha dado a conocer los ganadores de los Street Photography Awards, un conocido concurso de fotografía callejera. Claro que este no ha sido un año cualquiera, porque durante unos meses la vida en las calles se vio paralizada… Por eso, las fotos vencedoras de la 41 edición tienen un encanto especial.
A pesar de todo ello, “cientos de fotógrafos de los cinco continentes enviaron imágenes de sus calles, realizadas antes y durante el cierre. Grandes fotografías y series de la ‘vida normal’ hace solo unos meses ahora parecen estar cargadas de nueva emoción, ya que reflejan la vivacidad y la pasión de las interacciones humanas antes de que la vida callejera se detuviera por un tiempo.”
El resultado son “muchos trabajos excelentes, y gran parte de ellos no son típicos de lo que generalmente consideramos como ‘fotografía callejera’, lo que también ha resultado emocionante”, cuenta el jurado compuesto, entre otros, por el maestro Joel Meyerowitz.
En cuanto a la categoría de imágenes únicas, el ganador es el israelí Gabi Ben Avraham por una foto sin título que muestra un momento de la celebración judía del Lag Ba´omer. En cuanto a la participación española, sólo un juror´s pick para Gala Font de Mora Marti, por su proyecto ‘Week-End’ sobre los autocines, y Ernest P. Sanz como finalista por su serie ‘An open window’.
Como siempre, os dejamos con algunas de las fotos ganadoras y os emplazamos a visitar la web del concurso para ver muchas más interesantes imágenes.
Ganadores LensCulture Street Photography Awards 2020
Categoría Series
Primer premio: ‘Avenue of Roses’ de Kevin Fletcher (EE.UU)
Puede ser que alguna de las personas que leeréis este artículo no sepáis quién fue Marilyn Monroe. Fue una de las grandes actrices del Hollywood de los años 50. Su imagen es mítica, la rubia platino por excelencia. La mujer guapa y sensual que todos deseaban y envidiaban. Pero ella no era ni rubia, ni feliz y no podía estar más apartada del estereotipo que todos veían. Y el único que entendió a Norma Jean, que así se llamaba, fue Richard Avedon en el retrato que le hizo en 1957.
Muchos de nosotros seríamos incapaces de imaginar un mundo sin el cine. Ahí están muchos de nuestros recuerdos, de nuestros miedos y amores platónicos. Sin lugar a dudas Marilyn es una de nuestras actrices favoritas. Es imposible olvidarla en ‘La tentación vive arriba’, ‘Con faldas y a lo loco’, ‘Los caballeros las prefieren rubias’… Esa era la imagen que había creado ella. Ese era el personaje igual que Chaplin había creado a Charlot para esconderse. Para no enseñar a los demás cómo eran realmente.
Y esa imagen de abandono, de soledad, de querer escapar de todo fue lo que captó Richard Avedon en el famoso retrato que le hizo en Nueva York en 1957. Una fotografía en la que la estrella se mostraba como una persona que no tenía que fingir quién era. Parece la única fotografía en la que Marilyn Monroe desaparecía bajo la sombra de Norma Jean, una chica que solo deseaba que la quisieran.
Richard Avedon era un tipo peculiar. Sabía que era bueno. En algún momento de su vida seguro que tuvo la tentación de ser un dios. Todo lo que tocaba se convertía en oro, en tendencia. Los famosos solo podían serlo si él les fotografiaba con su cámara mágica. Tenía el poder de cambiar las cosas y su opinión era tenida en cuenta.
La viva imagen de la realidad
Pero no podemos olvidar que a pesar del glamour era un fotógrafo social, capaz de hacer libros como ‘Nothing personal’ o ‘In the american west’. No se limitaba a fotografiar a las estrellas de la moda, la política y las artes. Quería sacar a las personas que llevaban dentro estos personajes. Era una psicólogo que trabajaba con la mirada que heredó de Francisco de Goya. Como podemos leer en una de sus citas más famosas:
A menudo siento que la gente viene a mí para ser fotografiadas, como irían a un médico o a una adivina, para averiguar cómo son. Así que ellos dependen de mí. Tengo que comprometerlos. De lo contrario no hay nada que fotografiar. La concentración tiene que salir de mí y hacer que participen. A veces la fuerza crece tan fuerte que los sonidos en el estudio siguen sin oírse. El tiempo se detiene. Compartimos una intimidad breve e intensa. Pero es inmerecido. No tiene pasado… ni futuro. Y cuando la sesión ha terminado, cuando la imagen está hecha, no queda nada, excepto la fotografía… la fotografía y una especie de vergüenza. Ellos se marchan… y yo no los conozco. Casi no he oído lo que han dicho. Si me encuentro con ellos una semana más tarde en una habitación en algún lugar, espero que no me reconozcan. Porque no siento que realmente estuve allí. Al menos la parte de mí que era, ahora está en la fotografía. Y las fotografías tienen una realidad para mí que la gente no tiene. Es a través de las fotografías que les conozco.
Como él mismo reconoce en aquella sesión Marilyn se mostró como siempre. Una chica jovial y feliz que no paraba de reír y de bailar. Hay muchas imágenes de aquella sesión en la que se mueve contra un fondo negro con el vestido de lentejuelas sin parar. Debía ser agotador ser Marilyn.https://www.youtube.com/embed/-MIZNJZdwRI?enablejsapi=1&origin=https://www.xatakafoto.com
Avedon tenía claro lo que quería conseguir. Se conocían bien y siguió su juego. No podemos olvidar que era un reputado fotógrafo de moda que sabía dirigir a las personas para lograr exactamente lo que quería. Y su objetivo no era otro más que agotar a la estrella para sacarla como nunca antes lo había hecho alguien.Otras fotografías de Richard Avedon a Marilyn Monroe
Al final de la larga sesión ella estaba agotada. No podía más con ese vestido, el maquillaje y la obligación permanente de sonreír. Era simplemente una mujer agotada. Y Richard Avedon, como un animal depredador, sacó su Rolleiflex y se abalanzó sobre su presa -desnuda de artificios- para sacarla con la mirada perdida. Esa es la foto que ha pasado a la historia.
La magia de la fotografía
Ella estaba en la cumbre en 1957, el año de ‘Bus stop’. Todo estaba calculado. Era muy fácil tener el control en aquellos tiempos sin redes sociales. Pero como cuenta el propio fotógrafo él tenía el objetivo de mostrar la verdadera cara de las estrellas:
Durante horas ella bailó, cantó y coqueteó e hizo de Marilyn Monroe. Y luego estaba la caída inevitable. Y cuando terminó la noche, el vino blanco y el baile, se sentó en la esquina como una niña. La vi sentada en silencio sin expresión en su rostro, y caminé hacia ella, pero no la fotografiaría sin que ella lo supiera. Y cuando llegué con la cámara, vi que no decía que no.
Algunas de las fotografías de esa sesión
Así encontró a la mujer real que estaba detrás de esa alegría impuesta por los estudios. Una mujer esclava de la imagen que solo buscaba la felicidad. No parece rota ni indefensa, sino una mujer triste. No es una fotografía robada. Si buscamos un poco por la red encontramos más disparos de ese instante en el que personaje sucumbió ante la persona.
Richard Avedon agotó a Marilyn con la única intención de mostrar a Norma Jean. Una mujer más, con sus penas y alegrías, con sus noches de blanco satén y sus días de vino y rosas. Tenía a un icono sexual en el estudio, tenía su confianza y le mostró al mundo que todo es mentira. Que muchas veces somos otro para escondernos.La mítica Rolleiflex
Está hecha con su Rolleiflex de 6×6, seguramente con la que aparece siempre en la mano. Es una cámara de respeto, que te obliga a agacharte para tomar la fotografía. Todo lo que ves a través de ella está al revés. No es una visión réflex. No es una cámara fácil de utilizar, requiere tiempo de adaptación. En sus manos se convirtió en un icono que muchos tenemos en la estantería.
Es una fotografía única, perfecta. Sencilla hasta la extenuación pero con muchas capas de lectura. En puro blanco y negro. La copia que conservan en el Metropolitan apenas llega a los 60 cm de lado. Está fechada el 6 de mayo de 1957. Seguro que será un placer sentarse delante de ella y contemplar la perfección de la normalidad. Quién fuera como Avedon aquel día de primavera. Hoy ella hubiera cumplido 94 años.
La historia de Gilbert Garcin es casi tan curiosa como sus fotografías. Hace unos años ya os contamos como empezó su carrera con 65 años, tras jubilarse, y cómo ha llegado a convertirse en un referente del retoque fotográfico en su sentido más clásico con un mundo propio y original lleno de humor y creatividad. Ahora, con motivo de su reciente fallecimiento, el Canal Arte emite el documental ‘Nada es imposible’ y nos da la oportunidad de conocerle un poco mejor.Gilbert Garcin en el taller donde realiza sus creaciones mostrando «sus secretos».
El documental, disponible en este enlace en abierto hasta finales de enero de 2021, recuerda la inspiradora historia de este ex vendedor de lámparas marsellés que descubrió tardíamente su pasión en la fotografía pero deslumbró al mundo con su personal manera de entenderla. Un estilo que recuerda al surrealista Magritte y que está lleno de creatividad, ironía, humor y ternura.
Además, permite conocer cómo elaboraba sus fotografías, a través de un proceso artesanal que muy poco tiene que ver con lo que solemos imaginar al pensar en un fotomontaje. En vez de Photoshop, utilizaba maquetas de cartón, tijeras, pegamento y fondos proyectados en una pared para crear unas imágenes insólitas, aparentemente ligeras por su sencillez pero con un evidente mensaje en el fondo.
En estas fotografías destaca la inclusión de un personaje recurrente, un alter ego del propio Gilbert previamente autorretratado (y sin intención narcisista, usaba su propia figura porque era lo que más a mano tenía) para contar historias con una sencillez y sensibilidad pocas veces vistas y que merece la pena conocer.